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El presidente Joe Biden afirmó este miércoles que consideraba como una posibilidad real que Rusia invadirá Ucrania en una fecha próxima, pero anticipó que Vladimir Putin pagará un alto precio por su decisión.
"¿Que si creo que [Putin] pondrá a prueba a Occidente, a Estados Unidos y a la OTAN, de forma tan significativa como pueda? Sí, creo que lo hará, pero pagará un precio muy alto por hacerlo", dijo Biden durante una prolongada conferencia de prensa en la Casa Blanca en ocasión de cumplirse el primer año de su mandato.
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Biden pronosticó que el presidente ruso se arrepentirá de haber dado ese paso, si finalmente su voluntad de invadir Ucrania es irreversible.
Las previsiones de Biden echan un manto de pesimismo sobre las capacidades de Washington y sus aliados europeos para persuadir a Rusia de no iniciar una guerra contra su vecina república exsoviética, justo en momentos en que su Secretario de Estado, Antony Blinken, realiza una gira europea que incluyó un encuentro con el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky, luego de una conversación telefónica con el canciller ruso Serguei Lavrov.
Blinken y Lavrov tienen fijado un crucial encuentro en Ginebra este viernes y ambas partes aspiran avanzar en compromisos estratégicos, que buscan desde el interés estadounidense en impedir una guerra hasta la exigencia rusa de que Ucrania no se integre a la OTAN.
Interrogado si aceptaba que se produjera la invasión a Ucrania como un hecho inevitable, Biden aseveró que su opinión es que Putin entrará en acción, porque "tiene que hacer algo".
Aunque con posterioridad, Biden fue menos determinante sobre sus aseveraciones previas, indicando que no estaba totalmente seguro de que Putin se hubiera decidido ya a invadir Ucrania.
"Sospecho que aún esté considerando lo que va a hacer exactamente", señaló Biden. "Probablemente no debería ir más allá. Pero creo que le hará mucho daño".
Biden prometió duras sanciones si se produce una invasión a Ucrania, pero dijo que podrían no ser suficientes para poner un freno a los planes de Putin de acometer la acción militar.
"Hemos estado enfocados en los últimos meses en la cantidad de tropas concentradas en la frontera con Ucrania", dijo Biden. "Pero Rusia no ha visto nunca sanciones como las que he prometido que se impondrán si entra [en Ucrania]".
El presidente manifestó que debe calibrarse si hay incursión menor que termire con una negociación en la OTAN o su el Kremlin opta por avanzar sus 100 mil soldados en masa hacia territorio ucraniano.
"Va a ser un desastre para Rusia”, enfatizó.
El intercambio con los periodistas se extendió por casi dos horas con una amplia agenda de temas abordados sobre política doméstica, la inflación, el precio del combustible y la estrategia para enfrentar la pandemia del COVID-19, y el presidente estadounidense no tuvo reparos en aceptar las preguntas de los reporteros.
Al filo de las 6 p.m. el presidente dio por concluida la conferencia de prensa, la de mayor duración desde su llegada a la Casa Blanca. Los periodistas le lanzaron preguntas incisivas que Biden trató de sortear generalmente con una sonrisa, pero con firmeza en la defensa de su gestión, incluidas aquellas que le reclamaron por llevar al país hacia el radicalismo de izquierda.
Biden cumple con su primer año de mandato con una popularidad del 42 %, el índice más bajo para un presidente estadounidense en más de cuatro décadas, con la única excepción de Donald Trump, quien tenía el apoyo del 39.5 % en enero de 2018.
¿Para qué están los republicanos?
Biden fustigó a los republicanos por negarse a "entrar en el juego" para gobernar el país y entorpecer todos sus proyectos legislativos y políticas para hacer avanzar al país.
"No imaginé nunca que hubiera un esfuerzo tan grande para que lo más importante fuera que el presidente Biden no consiguiera nada", comentó irónicamente. "¿Para qué están los republicanos¿ ¿Para qué están? Dígame una cosa para la que estén".
En otra pregunta sobre las expectativas creadas entre los estadounidenses por sus planes de campaña electoral, afirmó que no prometido demasiado y consideró que ha hecho las cosas “mejor de lo esperado” a pesar de los retos encarados por su administración en su primer año.
Admitió que debían haberse hecho más pruebas de COVID-19 ante la llegada de la variante Ómicron, pero dijo que no va a producirse un cierre de los negocios, las escuelas y la vida social como estrategia para enfrentar las secuelas de la pandemia.
"El COVID-19 no va a aflojar ni a desaparecer de inmediato, pero no vamos a ceder. Es un trabajo inconcluso, pero no vamos a permitir que perturbe nuestra vida diaria", aseveró sin dejar de reconocer el sentimiento de "frustración y fatiga" que embarga al país por la pandemia.
Casi al final del largo interrogatorio periodístico, lamentó que no se haya aprobado su propuesta de reforma migratoria, atribuyéndolo a que no tiene “ni un solo voto de los republicanos” para abrirles un camino a la ciudadanía a millones de indocumentados.
"Sólo tenemos que defender lo que defendemos y lo que el otro equipo no defiende", dijo.
No soy socialista
Bien también declaró que la vicepresidenta Kamala Harris volverá a ser su compañera de fórmula en las elecciones presidenciales de 2024.
“Sí, y sí”, dijo. “Va a ser mi compañera de fórmula, número uno; y número dos, le puse a cargo [de la defensa del derecho al voto] y creo que va a hacer un buen trabajo”.
El proyecto de ley de derecho al voto -una pieza clave de la agenda de Biden- se estancó el miércoles en el Senado por la oposición radical de los republicanos, en un agrio debate sobre el acceso a las urnas y la integridad del filibusterismo. Dos senadores demócratas, Joe Manchin (West Virginia) y Kyrsten Sinema (Arizona) se opusieron al proyecto, dando al traste con las opciones para confirmar la legislación.
Biden se defendió también de los ataques sobre sus posturas a favor de las ayudas sociales.
"No soy socialista", insistió. "Soy un capitalista, pero el capitalismo sin competencia no es capitalismo, sino explotación".
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