Marino Murillo Jorge, principal responsable de la aplicación de la Tarea Ordenamiento en Cuba, tuvo que reconocer ante los diputados a la Asamblea Nacional los nefastos efectos que han traído sus reformas para los ciudadanos de a pie.
El llamado zar de las reformas económicas, quien en marzo admitió que el plan económico del gobierno había generado descontento en el pueblo, ahora precisó que el fracaso de sus reformas se manifiesta en la inflación minorista, el aumento de los costos de los bienes y servicios básicos y la disminución de la capacidad de compra de los ciudadanos.
Las palabras de Murillo, publicadas en el muro de Facebook del portal oficialista Cubadebate, han generado numerosas críticas de cubanos que le reprochan el desabastecimiento de medicinas y alimentos, así como la pérdida de nivel adquisitivo de salarios y pensiones, y por tanto del nivel de vida.
"Basta ya de culpar al pueblo, al mercado minorista y a cuantos se les ocurra de su pésima gestión e ineptitud. Hasta cuándo vamos a seguir permitiendo que estos panzones vive bien acaben con el pueblo. Gracias a usted y su famoso y mal llamado ORDENAMIENTO hoy estamos viviendo la mayor inflación antes vista", señaló una joven.
"¡Falta de respeto al pueblo, constantemente! ¿Y ahora, qué van a hacer? ¡Como si para alimentarse, se pudiera esperar a que ellos se acomoden!", demandó una internauta.
Uno de los que salió al paso a la intervención de Murillo fue el humorista cubano Luis Silva, quien afirmó que el ordenamiento económico "ha sido como tres pandemias más para la familia cubana".
"Este compañero nunca explicó en las mesas redondas que la gente no iba a poder tomarse ni un refresco. Nunca dijo que los fumadores no iban a tener cigarros (ojo, no fumo), nunca nos advirtió a cuánto se iba a poner la carne de cerdo", subrayó el intérprete de Pánfilo en el post de Cubadebate, con un comentario que ya no está visible.
Una universitaria le aclaró a Murillo que realmente lo que se implantó en Cuba fue un "desordenamiento" monetario.
"Los cubanos de a pie pasamos trabajo para comprar un paquete de pollo o el aseo necesario para vivir. Que vivimos de cola en cola. Que el salario de un profesional no le alcanza ni para empezar, pero no, esos 100 dólares que mandé a la familia no es dinero. Por Dios, esto está peor que el periodo especial", subrayó.
"Yo, que no soy economista, cuando me hablaste de lo que llamaste Ordenamiento Monetario supe interpretar un aumento del 'Salario Nominal ' y una exagerada afectación del 'Salario Real'. No hay que ser erudito, ya que lo vivo en la profundidad de un pueblo que sufre hace rato de la carencia de bienes y servicios, factores estos condicionantes de un 'Salario Real'", cuestionó un habanero.
"Yo quiero mi reguero, mi doble moneda, al menos con ello podía sobrevivir. Desde que supuestamente hay reordenamiento y ordenamiento del reordenamiento y una sola moneda, que en verdad son las cubanas y las de todos los países, no veo na de na. Ay, dónde está la máquina del tiempo. Trato de cogerlo así porque mi corazón cada vez se marchita más, cada vez que tiene que escuchar cosas que solo pasan y se ven en el NTV, que son tan alejadas de la realidad del cubano de a pie", afirmó una trabajadora de ETECSA.
"Ustedes mismos son los que han formado todo ese desorden, eso se venía venir, no había que ser economista para eso. Hablaron de unificar la moneda para que fuera una y no es así, porque la doble moneda sigue en curso y peor, porque a nadie aquí en Cuba le pagan en esa moneda y las mejores cosas las tienen en esas tiendas que la mayoría del pueblo no tiene acceso (lo único que hay en las tiendas de MN es culeros y agua). Un día que llevan pollo; otro, picadillo; otro, perrito; otro, cigarros... No nos nieguen más el respeto y trátennos como se nos debe", exigió un internauta.
"Hay que tener cara dura para pararse en cualquier tribuna a hablar del desastre conocido como tarea desordenamiento. Crecen las tiendas en MLC, las de CUP cada día mas vacías, la inflación por las nubes, el salario en correspondencia mas depreciado. Yo quisiera saber de un solo objetivo cumplido. El salario mínimo no alcanza ni para una semana y crecen los vulnerables. Es muy fácil experimentar cuando no se viven los mismos problemas. Solo hay que ver como producto de la tarea ha crecido la marginalidad", recalcó un trabajador de una empresa de bebidas.
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