"Si en algo nos debemos centrar ahora mismo es justamente en los presos políticos, no solo en los que llevan ya meses en las cárceles, los ciento cincuenta y tantos que había antes del 11 de julio, sino también en esos nuevos presos, que son muchísimos, que son cientos, que ni siquiera sabemos cuántos son, y que están ahora mismo en las cárceles. Yo creo que esa debe ser nuestra ocupación principal", declaró este domingo la investigadora y activista Anamely Ramos en una directa realizada en su perfil personal de Facebook.
En estos momentos, las estadísticas de organizaciones y activistas independientes calculan que más de 560 personas se encuentran privadas de libertad por motivos asociados a las protestas antigubernamentales del pasado 11 de julio. Antes de ese día, la cifra oscilaba entre 150 y 160. La mayoría de las personas se encuentra en espera de juicio, pero ya ha trascendido que algunos casos podrían enfrentar sentencias de hasta 18 años de privación de libertad.
"Es cierto que el poder mete presa a la gente constantemente para tratar que nosotros estemos en eso y no podamos mirar más allá. Eso es cierto, y eso es parte también de la historia de Cuba. Pero yo creo que es una falsa verdad o una verdad a medias creer que podemos ocuparnos de lo que va a pasar el mes que viene o de lo que va a pasar el año que viene y pensar que las personas que se están ocupando de los presos o de las cosas que pasan inmediatamente no son necesarias", agregó.
Ramos también explicó que, aunque llevaba tiempo sin hacer transmisiones en vivo, debido a que el doctorado que se encuentra realizando en México es muy exigente y ocupa gran parte de su tiempo, quería "volver al espíritu de por qué nosotros entramos a San Isidro e hicimos ese acuartelamiento" y recordar la reconexión profunda que se creó entre cubanos dentro y fuera de Cuba en ese momento.
"Entramos a esa casa a jugarnos la vida por un amigo. Ha habido un camino enormemente largo anterior a eso. Yo no estoy diciendo que ahí empezó la libertad de Cuba ni nada por el estilo, hay muchas organizaciones y personas que tenían un camino muy anterior y muy sólido, incluso el Movimiento San Isidro (MSI) era anterior a eso, pero lo que yo sí creo que hubo una reconexión, incluso con personas que viven fuera de Cuba que ya no querían oir hablar de Cuba y hoy nos estamos reencontrando todavía con esas personas", señaló la activista.
No obstante, aclaró que quienes se acuartelaron en la sede del MSI, en La Habana Vieja, para exigir la libertad del rapero Denis Solis, no son "medios básicos de nadie" y exhortó a la sociedad cubana a hacer más sin desautorizar lo que hacen otros.
"Aquí hay gente para todo. Nosotros somos millones de cubanos. La situación de Cuba, la situación del futuro de Cuba, la situación de los presos, no tiene por qué seguir recayendo en ciento y tantas personas. Hay personas para todo", dijo.
Posteriormente, la investigadora destacó que la reconexión profunda que se vivió cuando el acuartelamiento en la calle Damas es que que "hay que poner en función de esos presos, en función de esas madres, en función de todas esas personas que hoy están en peligro, porque están todavía en Cuba y están tratando de llevar iniciativas sociales de cualquier índole".
Ramos también mostró preocupación hacia el caso del artista Luis Manuel Otero, líder del MSI, quien ya hoy lleva dos semanas sosteniendo una huelga de hambre en prisión para exigir la liberación de los presos políticos y sin comunicación con su familia.
"La situación de Luis Manuel es grave por la incertidumbre que hay en torno a él. Hace más de dos semanas que Luis Manuel no llama, que Claudia (Genlui) no escucha su voz", añadió.
De acuerdo con Ramos, esa misma incertidumbre pesa sobre las familias del rapero Maykel Castillo (Maykel Osorbo) y el activista Esteban Rodríguez, quienes se encuentran privados de libertad desde hace más de cinco meses sin que hayan sido llevados a juicios. "El poder no sabe qué hacer con ellos", consideró la joven.
Acerca de la posibilidad de que Castillo y Otero salieran de Cuba definitivamente a cambio de su excarcelación, precisó que, aunque la Seguridad del Estado ha puesto esa propuesta sobre la mesa, ambos se negaron a aceptar.
"Nadie aquí está hablando de que Luis Manuel y Maykel se van a desentender de Cuba, aunque pudieran hacerlo porque son personas libres y tienen todo el derecho a decidir lo que van a hacer con su vida, sin embargo, ni Luis Manuel ni Maykel podrían vivir fuera de Cuba. Maykel es un ser no solo de Cuba sino un ser de La Habana Vieja. Ese es su aire, su vida, su sangre, muchas personas son así, muchas personas están ligadas profundamente a Cuba, muy anteriormente a la cuestión política, es que es una cuestión humana, una cuestión emocional profunda, la raíz, la real raíz de muchas personas", argumentó.
La defensora de Derechos Humanos insistió en que, a pesar de que "todos quisiéramos que estuvieran libres" y Maykel Castillo cantara en la ceremonia de los Premios Grammy, abandonar Cuba no es una posibilidad real para ellos, como mismo no lo es para ella, aunque en estos momentos se encuentre cursando un doctorado en México.
"Yo lo he dicho muchas veces: yo voy a regresar a Cuba, en algún momento lo haré. No sé qué va a pasar pero en algún momento lo haré. Entonces yo quiero ir dejando como cositas claras porque me preocupa que de momento nosotros somos como personajes de una telenovela de la cual no sabemos el final, y no es así", sostuvo.
Anamely Ramos resaltó el hecho de que los activistas son, ante todo, seres humanos con sentimientos y responsabilidades con otros seres humanos, pero primero con ellos mismos y lo que son. "Básicamente somos personas que queremos que Cuba cambie para que cambie también nuestras vidas, para que cambie la vida para los demás, y básicamente somos personas que decidimos un día ponernos en riesgo por un amigo. Y todavía hoy nos estamos poniendo en riesgo por otros amigos. Entonces quiero pedir respeto para eso", añadió.
Por otra parte, animó a sus seguidores a entender a los presos políticos y sus familiares no apenas como víctimas del régimen castrista sino también como agentes sociales del cambio. "Sus familias son importantes, no están presas, están en la calle, y con ellas hay que contar para ahora y el futuro", indicó.
De igual forma, hizo un llamado a que cada persona aportara a la causa por la libertad de Cuba desde sus posibilidades y sensibilidades, sin subestimar o irrespetar las formas de lucha de cada quien, y reivindicó el uso de la poesía por parte de los miembros del MSI para concientizar a la sociedad, movilizar e impulsar transformaciones.
En otro momento de la transmisión, la historiadora del arte y activista Carolina Barrero, quien se encuentra en prisión domiciliaria arbitraria en su vivienda desde hace unos 160 días, se conectó desde La Habana y profundizó en la importancia del lenguaje poético y de la solidaridad, no solo como un valor humano sino también como un catalizador de los acontecimientos.
"¿Qué puede ser más revolucionario que el acto de leer poesía. La poesía en sí misma tiene la capacidad de subvertir el lenguaje llano. Y esto también es una lucha contra el propio lenguaje, el lenguaje oficialista, contra el lenguaje de ese comunismo soviético y ortodoxo que de alguna forma también ha colonizado el pensamiento y la forma en que entendemos la realidad. ¿Qué puede ser más disidente que el propio lenguaje poético?", se preguntó Barrero.
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