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Un oftalmólogo estadounidense fue quien encontró las causas que provocaron que 50 mil cubanos perdieran su visión durante el período especial.
De acuerdo con un reporte de la BBC de este domingo, el doctor Alfredo Sadun, quien es miembro del Doheny Eye Institute, afiliado a la Universidad de California de Los Ángeles (UCLA), fue el que resolvió el enigma que le costó el cargo al recientemente fallecido doctor Héctor Terry Molinet, quien a principios de los años 90 del pasado siglo fungía como viceministro de Salud Pública, a cargo de la Higiene y Epidemiología.
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El doctor Terry fue prácticamente desaparecido del ámbito público y político cubano en 1993, a pesar de su trayectoria revolucionaria y científica, por afirmar delante del entonces presidente Fidel Castro que la epidemia de neuritis óptica que asolaba en el país era debido a las carencias alimentarias que padecían los cubanos, inmersos en el llamado período especial.
Esa aseveración distaba del discurso oficial que justificaba la epidemia de neuritis óptica con “agentes químicos de origen desconocido”, en alusión a un posible ataque viral desde Estados Unidos.
No obstante, la investigación del doctor Sadun confirmó parte de la tesis expuesta por el doctor Terry, ya que comprobó científicamente que la neuritis óptica que estaban padeciendo miles de cubanos no era ningún virus introducido en el país por EE. UU, sino el resultado de una combinación por ingerir el metanol de rones destilados artesanalmente y una deficiencia de ácido fólico, debido a la mala alimentación durante esos años.
El doctor Sadun relató al citado medio que fue una paciente, cuyo hermano también había sufrido pérdida de visión, pero que no vivía ni compartía las comidas con ella, quien le proporcionó la pieza que faltaba para armar el rompecabezas de esa enfermedad.
Recordó que cuando fue entrevistada por su asistente, ella dijo que los dos se reunían para pasear por el bosque. "Y en esos paseos, se encontraban con alguien que les vendía ron casero"... y esa fue la clave, apuntó.
“El ron artesanal contiene trazas de metanol, una toxina con la que un organismo sano es capaz de lidiar. Pero en alguien que tiene deficiencia de ácido fólico, debido a una mala alimentación, el metanol de la bebida casera se metaboliza a ácido fórmico (formato) que, a su vez, puede causar un daño irreparable al nervio óptico”, concluyó el doctor Sadum sobre la enfermedad.
"En ese momento, todos quedamos suficientemente convencidos de que no solo no se trataba de un virus, sino que esta doble combinación de deficiencia nutricional, en particular ácido fólico, e intoxicación por ácido fórmico, un subproducto del metanol, que ocurre de manera crónica con bastante lentitud, era razón suficiente (para causar pérdida de visión)", explicó, además, el experto.
También rememoró que cuando anunció sus hallazgos a los funcionarios de salud cubanos tuvo una fría acogida por algunos, aunque Fidel Castro lo escuchó con atención y preguntó qué se podía hacer, a lo que recomendó la distribución inmediata y masiva en el país de suplementos de ácido fólico y vitamina B.
El doctor Sadun llegó a Cuba a través de un pedido de la Organización Mundial de la Salud, organismo de Naciones Unidas que le encomendó que buscara la causa de “la rara” epidemia que estaba asolando a la isla.
Según un artículo científico publicado en el American Journal of Ophthalmology de los científicos Robert M Feibel y Jennifer Arch, este episodio ocasionó "pérdida de visión, neuralgias periféricas y otros síntomas neurológicos en más de 50,000 personas, o el 0,5% de la población total" de la isla.
Igual señaló que se registraron entre 3,000 y 4,000 casos de neuropatía óptica por semana en Cuba durante esta epidemia de los años 90, del pasado siglo.
Por este trabajo de investigación, la Academia Nacional de Ciencias de Cuba le otorgó al doctor Sadun en 2002 su Medalla de Honor.
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