La curadora y activista Claudia Genlui, una de las personas más cercanas al líder del Movimiento San Isidro (MSI) Luis Manuel Otero, dijo estar muy preocupada por el estado de salud del artista, preso tras las protestas del 11J en Cuba.
"Yo ahora mismo no sé si Luis Manuel tiene falta de aire, yo no sé si lo van a trasladar al hospital Covadonga, que es adonde están trasladando a los detenidos, que es donde estuvo Esteban (Rodríguez) también cuando tuvo coronavirus. Yo no sé qué es lo que está pasando. Yo no sé si necesita antibióticos y, sobre todo, si hay los medicamentos necesarios (en la prisión) para atenderlo. No estamos hablando de una enfermedad cualquiera", comentó este martes durante una charla virtual con la investigadora Anamely Ramos y la jurista Giselle Morfi.
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Genlui compartió su preocupación e incertidumbre por el estado de salud de Otero, no solo por haber sido diagnosticado con COVID-19 sino también porque en una de sus últimas conversaciones telefónicas, luego de que se cumplieran dos meses de su arresto, le reveló que "ya él había tomado la decisión de irse loma abajo". Una expresión que consideró alarmante.
"Por los precedentes que tiene Luis, cuando pronuncia esta frase puede ser que se esté refiriendo a que va a llevar la situación a un punto extremo, y en lo primero que pensamos es en que va a asumir una huelga de hambre y sed como las que ya ha hecho en otras ocasiones", dijo.
Genlui recordó que los propios médicos del Hospital Calixto García, donde estuvo privado de libertad en mayo pasado durante un mes, para que recibiera atención médica luego de su última huega de hambre y sed, explicaron que el artista no estaba en condiciones de asumir otra, debido a que las que ha hecho ya han dejado secuelas significativas en su organismo.
A los pocos días de esa llamada, Genlui recibió la noticia de que Otero estaba contagiado con coronavirus. Primero dos fuentes distintas le avisaron y luego el propio Otero la llamó desde la enfermería de la cárcel y lo confirmó. Esa sería la última vez que se comunicaron.
La joven curadora informó que, aparte del criterio de los médicos del Calixto García, le preocupan otras dos cosas. En primer lugar, que Luis Manuel ha estado sometido a un "estrés inmenso desde hace muchísimo tiempo" y ello podría impactar en su sistema inmunológico, y en segundo lugar, que no ha recibido la tercera dosis de la vacuna contra la COVID-19.
Genlui también cuestionó los mecanismos de control sanitario de la prisión de máxima seguridad de Guanajay, en la provincia de Artemisa, y afirmó que la única explicación a los contagios por coronavirus en la prisión debía ser la negligencia de los propios oficiales que allí trabajan.
"Es increíble que todo esto esté pasando, supuestamente los familiares no podemos tener acceso a los presos para evitar que pasen situaciones como estas", precisó, pues su ex pareja, a quien considera miembro de su familia, no ha recibido otra visita que no sea la de su abogado desde que fue arrestado el pasado 11 de julio, durante las protestas antigubernamentales.
La restricción de visitas a las personas privadas de libertad es una de las medidas de protección tomadas por el gobierno cubano para evitar que la pandemia se propague. No obstante, Luis Manuel es uno de varios casos de reclusos que se han contagiado con la enfermedad. Tanto el reportero y activista Esteban Rodríguez, detenido durante las manifestaciones del 30 de abril en Obispo, como el artista Hamlet Lavastida, que recién esta semana fue excarcelado, enfermaron de coronavirus en centros penitenciarios. Rodríguez incluso se contagió en dos ocasiones.
"Hay muchas interrogantes, conmigo no se ha comunicado ninguna autoridad, ni con ningún miembro de su familia. Para colmo, a los presos se les prohibe las llamadas telefónicas", explicó Genlui.
Luis Manuel Otero, quien está acusado de desacato agravado, instigación a delinquir y desorden público, tiene derecho a dos llamadas en la semana, los lunes y los jueves, de acuerdo con el reglamento. La última vez que Genlui se comunicó con Luis Manuel solo supo que se sentía muy mal.
Por su parte, la jurista Giselle Morfi consideró que si de verdad las autoridades quisieran proteger a los detenidos, no mantendrían la prisión provisional como medida cautelar para Maykel Castillo, Esteban Rodríguez, también miembros del MSI, y Luis Manuel Otero, pues es la medida más severa.
"La Ley de procedimiento penal es clara en cuanto a las causas por las cuales una persona debe estar bajo esa medida cautelar, porque es la privación de la libertad pura, y además sin un juicio; por lo tanto se tiene que justificar por un alto grado de peligrosidad del delito. Por ejemplo, que las consecuencias hayan sido muy graves, que la persona sea reincidente, o multireincidente, que haya intentado con anterioridad evadir la acción de la justicia o se presuma que intenta evadir la acción de la justicia, pero por acciones concretas que esta persona ha realizado. Nada de esto sucede aquí". Argumentó la experta, quien es parte del equipo de Cubalex, organización independiente especializada en violaciones de derechos humanos en Cuba y en el asesoramiento a víctimas de violencia política y a grupos vulnerables.
Morfi también destacó que los delitos por los que están siendo acusados Maykel, Esteban y Luis Manuel son delitos comunes, sin peligrosidad de níngun tipo, y ninguno entra dentro de la categoría de delitos contra la Seguridad del Estado, que sería una de las razones por las cuales a una persona no se le admitiría para libertad provisional.
"Si de verdad quieren cuidarlos lo primero que tienen que hacer es modificar la medida cautelar, para no hablar de lo que toca por ley, que es un sobreseimiento libre, que surte los mismos efectos que una sentencia absolutoria porque ellos no han cometido delitos. La libertad de expresión es un derecho, la manifestación pacífica es un derecho, la libertad artística es un derecho. Ninguna de estas personas cometió delito". Insistió Giselle Morfi.
Para la jurista, no hay justificación alguna para que los tres jóvenes se encuentren privados de libertad y continúen bajo un proceso de investigación penal que ya trasciende los dos meses, en el caso de Luis Manuel, y los cuatro meses en los casos de Esteban y Maykel, sin que la fiscalía haya fundamentado legalmente a qué se debe dicha extensión, que supera el término de los sesenta días normado.
"¿Qué es lo que esta reinando aquí? La opacidad. No hay transparencia de ningún tipo en el proceso". Aseveró.
En otro momento, señaló que Naciones Unidas, con respecto al tratamiento que deben recibir los reclusos, establece que las autoridades de cada Estado deben ofrecer información constante a sus familiares sobre la persona detenida, sobre todo cuando está en juego el derecho a la salud, que incluye el dercho de los familiares de reclusos a acceso a información sobre su condición; pues la opacidad conlleva a asumir que pueden estar siendo sometidos a torturas, a pesar que Cuba forma parte de la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes.
"Están violando y pasando por encima a todos los estándares internacionales, a todos los compromisos internacionales de derechos humanos sin justificación de ningún tipo, porque no hay justificación para la tortura, y ante el desconocimiento y la falta de claridad sobre lo que está ocurriendo, se presume que están siendo torturados", denunció Morfi.
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