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La prensa oficialista cubana destacó este lunes la “alegría” de los cienfuegueros tras recibir la noticia del nuevo esquema de vacunación contra el coronavirus con el producto chino Sinopharm.
Un reporte del periódico local 5 de Septiembre dice que “la esperanza volvió a los rostros de los cienfuegueros”, en una de las provincias más afectadas por la pandemia en cuanto a letalidad durante los últimos meses.
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La campaña comenzó en siete de los ocho municipios de la provincia, salvo en la ciudad cabecera, donde está a punto de concluir la intervención con Abdala, el producto cubano que el gobierno anunció con una de efectividad de las más altas del mundo, por encima incluso de la vacuna china.
Para la llamada “intervención poblacional” en Cienfuegos, el territorio dispone de unas 250 mil dosis de Sinopharm. En Cumanayagua se acondicionaron cerca de 60 vacunatorios, para intentar llegar a más de 31 mil personas mayores de 19 años.
“Nos preparamos con mucho entusiasmo. Era una noticia esperada por la gente y todo se organizó rápido, con el personal médico y el apoyo de los grupos de trabajo comunitario. Si marcha bien, en los primeros días de octubre casi el 74 por ciento de nuestra población quedará inmunizada”, afirmó Oskeimy Rodríguez González, director de Salud Pública en Cumanayagua.
“Estoy feliz de recibir la primera dosis y segura de que tendrá efectividad”, comentó una entrevistada. Yaniuska González López, directora municipal de Salud Pública, dijo que no hubo negación de las personas por la aplicación de un inmunógeno del que apenas tenían referencias; al contrario, “primó el júbilo y la alegría”.
Sinopharm es el tercer inmunógeno más usado en el mundo. En Cuba, se aplicarán dos inyecciones de Sinopharm junto a una tercera dosis de “refuerzo” de Soberana Plus, con un intervalo de 21 días. Las autoridades sanitarias de la isla defienden que se trata de un esquema recomendado y extendido internacionalmente, después de que el gobierno presumiera de haber desarrollado cinco candidatos vacunales.
La decisión de recurrir a vacunas extranjeras coincide con el desborde del sistema sanitario en la isla por el aumento de pacientes, el desabastecimiento farmacéutico y la escasez de personal médico.
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