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La migrante cubana Rosa Delly Espinoza Varza, varada en una ciudad colombiana, pide ayuda humanitaria para encontrarse en Miami con su hijo de 28 años.
Espinoza se encuentra actualmente en la ciudad colombiana de Capurganá, donde fue entrevistada por la agencia de noticias Reuters, y planea llegar a la frontera estadounidense a través del corredor centroamericano frecuentemente recorrido por las caravanas de migrantes cubanos.
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El hijo de Espinoza, quien había emigrado previamente a Miami, estuvo involucrado en un accidente que lo dejó en una silla de ruedas. Cuando se enteró, la cubana solicitó un visado para ir a ayudar a su hijo, pero le fue negado el permiso de viaje por el consulado estadounidense.
Comenzó su periplo en Guyana después de que un abogado le estafara 3000 dólares con la promesa de organizarle sus papeles para viajar a EE. UU, declaró la mujer.
Con el poco dinero que le quedaba, se unió a un grupo de cubanos que caminaron por la selva colombiana para llegar a Panamá.
El grupo caminó durante ocho días para llegar al país centroamericano, pero al segundo día Espinoza resbaló y se golpeó contra un árbol. Ella y otros tres migrantes quedaron atrás en medio de la selva.
Juntos caminaron hasta llegar al pueblo de Obaldía, en Panamá, donde las autoridades le brindaron atención médica. Días después, fue devuelta a Capurganá, Colombia.
“No voy a sobrevivir a la selva, podría morir en la selva como les ha pasado a muchos. ¡Muchos han muerto!”, dijo la mujer.
Espinoza pide actualmente a las autoridades que la ayuden a llegar a Estados Unidos, sin tener que hacer el peligroso recorrido por la selva del Darién.
“Lo único que quiero es un vuelo humanitario como ayuda, porque no quiero dinero. Quiero que me faciliten las cosas para no tener que subir el cerro, para no tener que subir esos cerros porque me voy a ‘quedar’ ahí”, expresó la mujer utilizando la expresión cubana de "quedarse" en alusión a la muerte.
Por lo general, la región de Necoclí ve pasar a 30.000 migrantes anualmente. Solo 4.000 personas transitaron en 2020, mientras que 25.000 migrantes han transitado en lo que va de año, según la agencia de migración de Colombia.
Colombia reabrió sus fronteras terrestres y fluviales con Brasil, Ecuador, Perú y Panamá en mayo, luego de un cierre de 14 meses para frenar la propagación de la pandemia de coronavirus.
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