Con una moderna técnica de animación, a tono con los tiempos de hoy, se estrena este miércoles en España la película D’Artacán y los tres mosqueperros, personajes de una popular serie televisiva de los años 80 que amenizaron la infancia de varias generaciones de cubanos.
No muy conocido por estos días, el productor y guionista Claudio Biern Boyd ahora lleva el filme de tales héroes a la gran pantalla, en un golpe de efecto nostálgico, después de haber estado hace aproximadamente tres décadas detrás de otros éxitos en televisión —que también se disfrutaron en Cuba— como Ruy, el pequeño Cid y David, el Gnomo.
“Hace una década empezamos a plantearnos la película”, dice Biern, de 80 años, en conversación con el periódico El País, sobre la película cuya dirección corre a cargo de Toni García.
“Y la producción arrancó hace cuatro años. Se ha ralentizado por culpa de la pandemia, pero creo que hemos conseguido la mejor película familiar de animación de los últimos tiempos”, aseguró Boyd, quien confía sobre todo en los padres y sus “estupendos recuerdos de aquellos años”.
En la memoria de muchos quedó grabada esa canción de “eran uno, dos y tres, los famosos mosqueperros”. Sin embargo, el experimentado artista no vive ajeno a los cambios generacionales y, en consecuencia, hizo algunas modificaciones para ajustarlas a las preferencias actuales.
“Ahora Juliette pasa de pánfila enamorada a la dama de confianza de la reina que organiza y lucha a brazo partido; y Milady es casi Catwoman. Hemos equilibrado la imagen que quedó en el recuerdo de los padres con los nuevos gustos de los niños, y de paso hemos modernizado los looks”, explica.
“Solo espero que Alejandro Dumas (autor de la novela Los tres mosqueteros en que se basa el animado) no se esté revolviendo aún más en la tumba. De paso, me gustaría defender a Julio Verne: ¡él hizo que se casaran un gentleman inglés con una princesa hindú! No se puede enviar mejor mensaje antixenófobo. Y sigue vigente”, señala.
Boyd reconoce la importancia de la educación en los mensajes que se envían a través de los dibujos animados. “Hay que entretener educando”, dice.
“Si te fijas, en D’Artacán no hay sangre. Vemos peleas, por supuesto; sin embargo, nadie muere. Hay acción, no violencia”, sostiene, y asegura que el protagonista de las historias se parece a un personaje que le fascina, el perro Snoopy, creado por el historietista estadounidense Charles M. Schulz, cuyas películas, por cierto, también llegaron a las pantallas de la isla antillana.
¿Qué opinas?
COMENTARArchivado en: