El cubano Carlos Luis Pozo Vaillant perdió su casa en el tornado que afectó a La Habana el 27 de enero del 2019, desde entonces no tiene dónde vivir y depende la caridad de vecinos, familiares y amigos.
Pozo vivía en calle Colina no.13, entre Delicia y Diez de Octubre, municipio de Diez de Octubre, en La Habana. Es un damnificado del tristemente célebre tornado que afectó a la capital cubana en el 2019. Desde entonces no tiene vivienda.
El cubano escribió al diario oficialista Juventud Rebelde contando su situación. Lleva años sufriendo el peloteo de las instituciones estatales y dependiendo de la caridad de sus amigos y familiares para tener donde dormir. La crisis del coronavirus lo ha llevado a pernoctar en las calles.
Pozo contó que una semana después del paso del tornado en las ruinas de su vivienda se presentó un grupo de técnicos para evaluar el daño a la edificación. Tenían el número de ficha 793.
Le plantearon que no podían hacerle los papeles de los materiales, porque su casa requería una demolición total. El Estado indicó que se encargaría de volverla a construir, por ser un usufructo gratuito.
El afectado se presentó en el puesto de mando municipal, en la calle Santa Catalina y Cortina, para ver al Jefe de Obras nuevas de la Dirección Municipal de la Vivienda (DMV). Allí le aseguraron que él y las otras dos personas con las que convivía al realizarse la demolición total tendrían donde vivir.
El tiempo pasó y a los 7 meses no habían hecho aún la demolición. Poco después se presentó en la vivienda en ruinas una brigada de la Constructora Caribe y le indicaron que eran responsables de demoler y de construir tres viviendas en la misma situación.
Pozo recogió las escasas pertenencias que aún tenía y las guardó en casas de algunos vecinos. En mayo del 2020 comenzó la obra de demolición y en agosto de ese año fue paralizado el trabajo por Planificación Física, porque no tenían la licencia de construcción ya que vivienda municipal no la había solicitado.
"En 2021 después de escribir al Consejo de Estado, de visitar la Dirección Provincial de Vivienda, y antes, el 27 de noviembre haber tenido una entrevista con el Intendente del municipio y varios directivos en el gobierno de Diez de Octubre, mandaron en febrero otra brigada de una cooperativa, la cual no acaba de darle forma a la obra", contó el afectado.
Pozo trabaja en la Empresa Prodal en Regla. Estuvo ingresado por ser un caso positivo al coronavirus. Fue dado de alta el 15 de junio y no tiene donde vivir, para mantenerse sano y poder continuar trabajando.
"No tengo dónde estar higienizado, para continuar en mi puesto de trabajo, pues allí se elaboran alimentos. Y duermo donde me coja la noche", confesó el cubano.
El caso de Pozo no es un problema aislado. Situaciones de vivienda similares a la suya las sufren cientos de cubanos con niños y ancianos a su cargo.
A finales de julio los vecinos de tres solares ubicados en Cerro, 10 de Octubre (La Víbora) y Arroyo Naranjo (Las Guásimas) contactaron con CiberCuba para denunciar las condiciones infrahumanas en las que llevan años viviendo decenas de familias.
El Poder Popular les ha hecho decenas de promesas incumplidas. Algunos llevan hasta dos décadas esperando que les entreguen un lugar digno donde vivir.
Tampoco han logrado que les reconozcan como propietarios de sus cuartos ni han conseguido que el Estado cubano les entregue los materiales para arreglar lo que originalmente iba a ser sólo un lugar de tránsito y se ha convertido en su vivienda por largos años.
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