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El ex boxeador José Gómez, titular de los Juegos Olímpicos de Moscú (1980) y campeón mundial de Belgrado en 1978, lamentó que las autoridades cubanas después de varios años no solucionaran su problema de vivienda.
“No soy hombre de quejarme, pero desde el 2006 hasta el 2017 estuvimos yendo a Vivienda para solucionar el problema de la casa”, comentó la gloria deportiva en declaraciones al periódico oficialista Trabajadores.
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“Es verdad que nos resolvieron, aunque el ambiente del lugar no era el mejor. No quiero nada grande. Quisiera quedarme aquí mismo, donde estamos de tránsito hace cuatro años. Llevamos tiempo esperando una respuesta”, expuso.
Según detalló el citado medio, hoy reside en una barbacoa en Centro Habana y trabaja en el Combinado Deportivo número Uno. “Ni sé por qué no salgo en la prensa ni hablan de mí. ¿Qué te digo?, imagínate tú. Algunos sí se acuerdan, como los compañeros del Inder municipal”, dijo.
Las posesiones descritas por el periódico son “un espacio” de “pálidas paredes” en el que “batallan la cama, unos butacones y el multimueble de madera de brazos torneados que sostiene el televisor”.
Afectada por un accidente automovilístico, Gómez, conocido por sus nocauts fulminantes, cosechó varios éxitos en una corta, pero fructífera carrera, llegando a ser considerado uno de los mejores boxeadores de Cuba y ubicado entre los cien mejores deportistas del siglo XX en el país. Es padre de otro destacado pugilista cubano, Yoelvis Gómez, quien actualmente tiene contrato en México.
Sin embargo, Gómez no ha sido el único deportista destacado en la revolución cubana que ha experimentado la dejadez de las autoridades e instituciones del país. En mayo, la hija del pelotero Gaspar "El Curro" Pérez denunció el abandono en que se encontraba su padre, quien poseía un auto que estaba de baja técnica hacía 11 años y no había podido sustituirlo.
En 2019, Lisandra Torres Castillo, exatleta de alto rendimiento de canotaje de velocidad, refirió igualmente la grave situación de vivienda que atravesaba junto a su hija pequeña.
La Habana presenta un déficit habitacional de más de 185 mil viviendas, de acuerdo con datos oficiales de 2018. De todas las casas que hay en la ciudad capital, el 43 por ciento está categorizado de mal o regular.
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