La actriz y escritora cubana, Lynn Cruz, consideró que el colapso hospitalario en la provincia de Matanzas no es un fenómeno reciente, sino que se remonta a finales de marzo y principios de abril, momento en que su padre fue ingresado por sospecha de coronavirus, con una insuficiencia respiratoria que se complicó y producto de la cual falleció.
Entrevistada en Las Mañanas de CiberCuba, Cruz ofreció sus impresiones sobre el asunto del colapso sanitario en Matanzas, que ahora acapara titulares en los medios de comunicación independientes. Según dijo, desde que el 28 de marzo su padre ingresó en el Hospital Provincial Faustino Pérez, su familia detectó que los protocolos no parecían eficaces y que la actuación de los sanitarios era más bien errática, como desbordada por los acontecimientos.
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Desde ese día y hasta el 7 de abril, que su padre falleció, la atención médica que recibió no fue la mejor y en ocasiones, ni siquiera la adecuada. Cruz piensa que el factor clave que influyó en el agravamiento de la salud de su padre, fue la desinformación, la mala comunicación y la falta de previsión entre las distintas autoridades de salud de la provincia.
En un primer momento, su padre fue llevado al policlínico del barrio. Hasta ese momento, en el barrio no se habían detectado focos de contagio, pero aun así sus padres se mantenían aislados y sin salir de casa. Con dificultad para respirar, su padre fue remitido al hospital Faustino Pérez para hacerle una radiografía de tórax (placa de Rayos X) y un PCR.
Un test rápido que le hicieron al llegar al hospital dio positivo, pero el padre de la actriz dio negativo en la prueba PCR que se le hizo posteriormente. Sin embargo, el protocolo médico en estos casos no permitía que el paciente regresara a su domicilio para ser atendido allí, sino que quedó ingresado en "aislamiento", en contacto con otros pacientes sospechosos.
“Él está ingresado por un problema burocrático, porque el test rápido dio positivo a causa de la infección que le provocó la neumonía en que derivó la gripe, cosa por otro lado común en los diabéticos”, declaró Cruz en aquel entonces. “Bastaba con levantar un teléfono y llamar a la enfermera que lo ha atendido durante las pesquisas para comprobar que él no ha sido contacto de ningún positivo”, añadió.
Convencidos de que se trataba de una neumonía, los familiares querían saber el resultado de las pruebas y, de ser posible, que le mandaran un tratamiento para hacerlo en casa. “Ningún personal sanitario nos informó de la situación en la que estaba el hospital, que ya estaba efectivamente colapsado”, afirmó Cruz en la entrevista de este martes.
En lugar de ello, a su padre lo dejaron ingresado en el cuerpo de guardia a la espera de que se vaciara una cama en la sala de aislamiento. Cruz sospecha que, de no haber estado contagiado hasta ese momento, pudo ser infectado por la estancia en el Cuerpo de Guardia, donde otros sospechosos de coronavirus esperaban por sus resultados.
Por otra parte, las salas de aislamiento, adonde finalmente llevaron a su padre, no son más que salas con pacientes positivos en contacto entre ellos. “Las salas de aislamiento no cumplen con su función, que es la de aislar. Mi padre estuvo ingresado con otros pacientes sin saber si estaba infectado o no”, relató la actriz en Las Mañanas de CiberCuba.
Desafortunadamente, hubo otros problemas con la atención médica que recibió su padre. Según contó, una vez ingresado, su padre no tuvo acceso a los medicamentos que necesitaba para su tratamiento. Sencillamente, no los tenían en el hospital. A ello se sumó, la condición de diabético de su padre, ante la cual no se actuó en correspondencia.
“Nos enfrentamos a la insensibilidad y al automatismo del personal sanitario, que no tuvo en cuenta que su padre era diabético y las posibles complicaciones derivadas de ello”, denunció Cruz en el programa. Ante la actuación de los médicos, sospecharon de una actuación errática producto de unos protocolos deficientes que conllevaron, en su caso, a una mala praxis médica.
Lejos de escuchar los argumentos de su padre y sus familiares, preocupados por dejarlo en un sitio rodeado de posibles contagiados, la doctora que los atendió en el cuerpo de guardia del hospital provincial, les amenazó con llamar a la policía y a Higiene y Epidemiología si intentaban llevarse de allí al padre. No contenta con la amenaza, la doctora les chantajeó, diciendo que si se lo llevaban, cancelaba la prueba PCR.
El resultado fue que su padre tuvo que permanecer ingresado y su condición se fue agravando. “Si me llevaba a mi padre bajo mi responsabilidad, que es lo que intenté hacer a causa de mi inconformidad con una atención médica incompleta, no sólo le pondrían una multa de 2000 pesos a mi padre, sino que invalidarían el resultado negativo del PCR que le hicieron”, denunció Cruz durante los días de hospitalización de su padre.
Nada más pudo hacer por su padre, salvo denunciar lo sucedido en el ministerio de Salud Pública y en las redes sociales. “Una vez entras en ese protocolo, dejas de ser tratado como un ser humano. Te ven como alguien que puede propagar la enfermedad, de modo que hacen todos los esfuerzos posibles por aislarte y no por salvarte la vida. Yo no vi esa voluntad en los médicos”, concluyó.
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