La popular librería Alma Mater, ubicada en la céntrica esquina de Infanta y San Lázaro, en La Habana, desde hace varios meses muestra un estado deplorable por una rotura en las cañerías del viejo edificio que alberga ese centro.
“Basta con pasar cerca para oír el agua. Desde una ventanita superior, cercana al tejado, se ve el pedazo de falso techo faltante y la cascada sucia caer sin pausa. A pocos metros del chorro hay un split de aire acondicionado que, si se ha salvado, lo ha hecho por poco”, describe un reportaje de este miércoles la revista oficialista El Caimán Barbudo.
Varias publicaciones en redes sociales denuncian que los problemas de la librería preocupan hace un tiempo, sin que todavía las autoridades implicadas les den solución. “Hoy he visto un panorama triste, fétido, de abandono total y de irresponsabilidad”, dice una publicación en Facebook en febrero.
Según el reportaje de la citada revista, el riachuelo “sortea partes de muebles destruidos y papeles arrugados hasta salir por debajo de la propia puerta, desde donde inunda el pavimento cercano y se retuerce para ir a correr por la calle San Lázaro”.
“El agua es dueña del sitio. A un señor que intentó pasar por el frente de la librería lo hizo resbalar. Casi lo tumba. Por suerte logró recobrar el equilibrio”, señala, subrayando luego que el suelo alrededor está cubierto de moho.
La librería estuvo funcionando normalmente antes de la pandemia. En ella se vendían libros, se imprimían documentos, funcionaba una sala de navegación y se impartían cursos de fotografía, recuerda el autor del reportaje.
Los problemas empezaron por unas gotas persistentes en ese edificio antiguo, hasta que el 17 de diciembre de 2020 una de las tuberías acabó de reventar. El administrador del establecimiento contó que en enero fueron representantes del Gobierno Municipal, de Vivienda, de la entonces aún operante Planificación Física. “Después no fue nadie más, ni se ha hecho nada por el momento”, apunta el texto.
“Al final, la librería no tiene nada — dice él — . El problema es la tubería del edificio. Esto pertenecía a la editorial José Martí pero, por problemas de presupuesto, pasó a la Universidad de La Habana, que al final siempre ha sido la dueña del local. La Universidad, al no pertenecer a Centro Habana sino a Plaza, no puede hacer las demandas legales necesarias en el Gobierno Municipal. Vivienda debería hacerse cargo. El Gobierno Municipal debería tomar las riendas del asunto”, lamentó el administrador.
Durante años, el gobierno cubano presumió de facilitar al pueblo el acceso a la cultura, incluso el fallecido dictador Fidel Castro habló de convertir al país en el más culto del mundo. Sin embargo, el declive de las instituciones que supuestamente sirven a tales propósitos es evidente.
A finales de 2020, se mencionaba el deterioro de la popular librería La Moderna Poesía, en la céntrica calle Obispo, de la Habana Vieja, uno de los puntos que actualmente ilustra la caída del turismo internacional debido a la crisis por el coronavirus.
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