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La Guarachera de Cuba, Celia Cruz, fue la gran homenajeada en la ceremonia de los Latin Grammys dedicada a la mujer, Ellas y su música, que se celebró este domingo en Hollywood, Florida.
La mexicana Yuri y las puertorriqueñas Ednita Nazario y La India se encargaron de revivir tres de los más grandes éxitos de la Reina de la Salsa: La vida es un carnaval, Yo viviré y Quimbara, respectivamente.
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En un escenario cargado de baile y colores, en el que se podía sentir las contagiosas energía y alegría de Celia Cruz, y al grito de "¡Azúcar!", la intérprete de La Maldita Primavera dio inicio al homenaje, seguida por La India, que lució un pomposo traje dorado y un peinado alto con adornos y brillo en honor a su "madrina".
Nazario fue la encargada de Yo viviré, la popular versión de Celia del tema I Will Survive de Gloria Gaynor, en la cual la reina aseguraba que su voz podía atravesar "cualquier herida, cualquier tiempo, cualquier soledad".
En la última canción se unieron las tres intérpretes, ante un público que no dejó de bailar y cantar las conocidas canciones de Celia, que todavía hoy es una gran inspiración para las mujeres latinas en la música e ídolo para la comunidad cubana, principalmente en Estados Unidos.
"¡La reina vive!", aseguró La India poco antes de finalizar la actuación.
En un video tomado tras bambalinas, Yuri confesó que "parecía que Celia estaba ahí viéndonos", mientras que La India dijo: "Que viva Cuba, que vivan México y Puerto Rico, y Celia, la gloria, mi madrina, la eterna Reina de la Salsa".
"Y que vivan las mujeres y las madres", añadió Ednita.
Úrsula Hilaria Celia de la Caridad de la Santísima Trinidad Cruz Alfonso es, además de la cantante cubana más internacional de todos los tiempos, una de las intérpretes más importantes de la música en español del siglo XX.
Creó música hasta casi sus últimos días. Un año antes de su muerte, en 2002, lanzó el álbum La negra tiene tumbao, donde se atrevió a fusionar su sello musical con el hip hop y sonidos urbanos, y por el cual ganó su tercer Grammy Latino y su segundo Grammy estadounidense.
En julio de 2003 falleció en su casa de Nueva Jersey a los 77 años. Sus restos fueron trasladados a Miami donde se le rindió homenaje por dos días, y finalmente fue enterrada en el cementerio Woodlawn de El Bronx, por deseo expreso de ella.
Además de sus incontables méritos artísticos, Celia Cruz se convirtió en imagen del destierro al que han sido sometidos incontables cubanos por el gobierno de la isla.
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