Un grupo de profesionales de las ciencias médicas y biológicas, dentro y fuera de la isla, debatió sobre la nota emitida por la Dirección Provincial de Salud de La Habana respecto al caso de Luis Manuel Otero Alcántara, quien fue trasladado de manera involuntaria a un centro hospitalario tras ocho días en huelga de hambre y sed como protesta pacífica ante la represión de las autoridades.
El grupo de especialistas se reunió en varios espacios para analizar detalles de la nota, así como los valores que arrojaron los exámenes de sangre realizados a Otero Alcántara.
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El opositor Eliécer Ávila reunió al médico forense Lucio Enríquez, radicado en España; a las doctoras Liset e Idalma Leyva Domínguez, residentes en Brasil; y a los doctores Manuel Guerra y Alexander Pupo, expulsados del Ministerio de Salud Pública en Cuba por sus posiciones políticas.
Los galenos cubanos coincidieron en que la nota no parece haber sido redactada por un profesional del gremio, dada la terminología, los errores ortográficos, las incoherencias del diagnóstico, y la ligereza con la que se describe el cuadro presentado por Otero Alcántara.
El médico holguinero Manuel Guerra señaló que es obligación de cada profesional de la salud rubricar los documentos legales que se tramitan en Cuba con cuños personales y firma.
“Todo queda avalado y acuñado por el profesional de la salud. Es una burla”, refiriéndose a la inexistencia del crédito de un especialista en el pie de la nota. En cambio, el comunicado se publicó a nombre de la Dirección Provincial de Salud de La Habana, lo cual exime a los sanitarios de recibir cualquier reclamo o exigencia.
La doctora Liset, de la cual no se precisaron apellidos durante el debate, se refirió a la descripción del estado físico de Otero Alcántara.
“La descripción no coincide con la terminología médica. Si normalmente se manipulan estadísticas, se maquillan resultados, ¿alguien puede creer que eso es real?”, se cuestiona la galena.
Idalma Leyva, por su parte, aludió a la falta a la ética que representa la nota. “Es una farsa. Va contra todo precepto de la ética. No hay un pie de firma de un profesional de la salud. La nota fue fabricada por los órganos de la Seguridad del Estado. No concordamos con ella, manifestamos nuestra denuncia. No entendemos cómo un sistema que ante los ojos del mundo se dice el más humano, esperó al séptimo día para irrumpir en la vivienda de Otero Alcántara”, interpela la profesional.
El médico forense Lucio Enríquez abordó el empleo incorrecto de algunos términos, y consideró la nota un insulto al gremio.
“Quien lo escribió, que sepa que se dice inanición, no 'innanición'. Espero que no lo haya escrito un médico. Un médico debe firmar una nota. Habla de desnutrición, un término mal usado en ese caso. En el estado agudo que pudiera presentar Luis Manuel, no se debe hablar de desnutrición sino de deshidratación”, indicó Enríquez.
“En base a los pocos datos que dan, puedo establecer una hipótesis: han sacado a Luis Manuel de allí, no sé si inconsciente o semiinconsciente, se lo han llevado a las 5:00 a.m., como siempre hacen. No fueron capaces de filmar a Luis Manuel en ese buen estado de salud que pregonan. ¿Por qué no filmaron el allanamiento? Pongan a Luis Manuel a hablar en cámara si está en un estado tan favorable. ¿Hacen una nota para un pueblo analfabeto? Esto es una tomadura de pelo. No tiene nada de serio”, alegó.
Por su parte, la revista Las mañanas de CiberCuba consiguió, además, reunir los criterios de dos profesionales más en el debate: el del destacado científico cubano Ariel Ruíz Urquiola y el del psiquiatra Emilio Arteaga Pérez.
Arteaga comenzó catalogando la nota como un “insulto a cualquier nivel de conocimientos médicos”.
“Deja muy mal parado al gremio médico. Basta de usar nuestra profesión y nuestro gremio en acciones ilegales, inconstitucionales, bárbaras, que van en detrimento del prestigio de la profesión”, añadió el especialista en salud mental.
Por su parte, Ruiz Urquiola abordó especificidades sobre los organismos que son sometidos a huelga de hambre. Dentro de los argumentos más relevantes, el biólogo mencionó que “los casos de huelga de hambre y sed son excepcionales, no son casos estadísticos, no son casos descritos en la literatura de manera vasta”.
Además, el científico explicó elementos del entorno que pudieran agravar o aliviar los síntomas de deshidratación. El hecho de que Otero Alcántara recibiera baños o metiera sus pies en agua, pudo ayudar a disminuir el deterioro físico.
“La piel es el órgano por excelencia intercambiador, generalista. La piel es todo eso en su conjunto. Luis Manuel aún podía encontrarse totalmente consciente de sus actos cuando la Seguridad del Estado allanó su domicilio”, refirió Ariel Ruiz.
Además, citó como atenuantes el encontrarse en un lugar tapiado, y el poco gasto de energía del huelguista al hacer reposo, acostado sobre una cama.
“No se puede acceder a un estudio clínico en eventos de huelga de hambre y sed porque la policía política del país está controlando el caso de una manera absoluta”, explicó sobre la posibilidad de someter los exámenes clínicos de Luis Manuel Otero a un pesquisaje neutral.
El especialista duda, además, que el coordinador del Movimiento San Isidro esté en el Hospital “Calixto García”.
“Sus instalaciones están en estado ruinoso. De un momento a otro puede ocurrir una avalancha de juventud buscando a Luis Manuel. Es una instalación con muchos puntos de acceso, lo cual le permitiría a los jóvenes penetrarlo hasta dar con Luis Manuel. Sospecho que lo llevaron al Hermanos Ameijeiras o al Cimex”, sostuvo.
Según Ruiz Urquiola, estos últimos presentan una infraestructura sólida, hermética y con pocos accesos, fáciles de controlar.
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