El activista cubano Bárbaro de Céspedes, también conocido como el Patriota de Camagüey, afirmó en una entrevista con CiberCuba que su familia teme por su vida, después de la arbitraria detención a que fue sometido por cargar una cruz a modo de protesta.
De Céspedes fue detenido por la Seguridad del Estado cubano el pasado 2 de abril y pasó más de una semana en paradero desconocido por acudir a la Iglesia Mayor de esa provincia portando una cruz en el día de viernes Santo.
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"Mi familia siente pena por mí porque teme por mi vida", expresó en el espacio Las Mañanas de CiberCuba.
"Yo quiero mucho a mi familia y mi familia me quiere a mí, nosotros somos muy unidos, mi madre, mis hermanos, mi hija, mi exesposa de un matrimonio de 37 años, y todas esas personas sufren cada vez que a mí me detienen y cada vez que me hacen algo", dijo el Patriota de Camagüey.
A pesar del miedo, afirma que ha encontrado en sus allegados el apoyo para protestar contra el régimen cubano.
"Pero a la vez sienten orgullo de mí y me apoyan", señala el activista, y asegura que le dicen: "Dale papi pa´alante y que sea lo que dios quiera pero cuídate que nosotros te necesitamos".
El pasado 10 de abril se supo que la Fiscalía Provincial en Camagüey impuso medida cautelar de prisión domiciliaria a De Céspedes.
Después de ocho días de calabozo, en los cuales no se le permitió realizar una llamada telefónica ni la visita de familiares o abogados, el activista fue puesto en libertad pero no podrá salir de su casa hasta que se finalice “el proceso” abierto en su contra.
Dijo después que su objetivo al llegar a la Iglesia el viernes que lo arrestaron era depositar la cruz en el santuario “como representación del sacrificio, el dolor y el sufrimiento del pueblo de Cuba”, pero la mujer que custodiaba la entrada del templo no lo dejó entrar pues consideró que era irrespetuoso presentarse sin camisa en la “casa de Dios”.
Cuando se encontraba desaparecido la madre del activista aseguró que su “hijo quiere liberar a Cuba del comunismo, del hambre, de la miseria y la necesidad. Eso es lo que él grita por las calles. Él no pone bombas ni incendia un edificio. Quiere el cese del comunismo para que haya comida y libertad”.
En enero, el opositor fue detenido igualmente por repartir octavillas con mensajes martianos y las autoridades le aseguraron que podría enfrentar cargos por "clandestinidad de impresión'', una figura jurídica que se usa en Cuba desde la época de la colonia.
Ese día el camagüeyano también cantó el himno nacional públicamente antes de ser conducido a una estación de policías de la ciudad, donde permaneció arrestado varias horas.
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