El presidente norteamericano, Joe Biden, declaró este miércoles que está cansado de hablar de Trump, y manifestó su intención de centrarse en la crisis sanitaria y económica que atraviesa Estados Unidos.
"Durante cuatro años, todo lo que ha estado en las noticias es Trump. Los próximos cuatro años, quiero asegurarme de que todas las noticias sean del pueblo estadounidense. Estoy cansado de hablar de Trump", dijo Biden en Milwaukee, en un formato televisivo de encuentro con votantes organizado por CNN, cuando le preguntaron sobre la absolución recibida por el expresidente en su segundo juicio político.
Biden evitó referirse a Trump por su nombre durante el encuentro, llamándolo "el exchico" en alguna ocasión.
No obstante, no evitó lanzarle un dardo cuando se refirió a que ha tenido contacto con casi todos los expresidentes, menos con uno. “Todos ellos, con una excepción, han cogido el teléfono y me han llamado”, dijo con un gesto de complicidad al público, que denotaba que se refería a Trump.
Hasta el momento, Biden y sus principales asesores generalmente han procurado no mencionar el nombre de Trump en comentarios públicos, sino que se refieren en general a la "administración anterior".
Biden sí se ha referido a la herencia recibida en lo que respecta al manejo de la pandemia de coronavirus, que considera causa principal de los tropiezos actuales en la administración de vacunas en todo el país.
Durante el encuentro, Biden dijo que heredó "una circunstancia" en la que no había suficientes personas para administrar las vacunas y que había "poca orientación federal" sobre cómo poner las inyecciones a los estadounidenses.
Biden trató de reevaluar las expectativas de cuándo el país empezará a dejar atrás el virus y estimó que a finales de julio cualquier estadounidense que lo quiera tendrá a su disposición la vacuna.
También prometió que la mayoría de los colegios de educación primaria y secundaria estarán abiertos a finales de abril durante cinco días a la semana, y que el país empezará a asomar a la normalidad a finales del año que viene.
En el encuentro, Biden también defendió su objetivo de una reforma migratoria que cree una "vía razonable hacia la ciudadanía" para muchos inmigrantes indocumentados, y aseguró que el supremacismo blanco es la mayor amenaza de terrorismo doméstico en el país.
Buena parte de la motivación de Biden es seguir recabando apoyos para su paquete de rescate para el coronavirus, de 1.9 billones de dólares y que incluye cheques de 1.400 dólares para los estadounidenses, además de fondos para los colegios, para pruebas y para la distribución de las vacunas.
Biden escogió el estado de Wisconsin, uno de los estados bisagra que inclinó la elección a su favor, como primer viaje oficial dentro del país desde que es presidente. El jueves piensa visitar Michigan para visitar una planta de Pfizer donde se producen vacunas.
El expresidente Donald Trump, por su parte, ha estado en gran parte fuera del ojo público desde que dejó el cargo, después de haber sido prohibido en las redes sociales.
No obstante, emitió una declaración el martes en la que atacó al líder de la minoría del Senado, Mitch McConnell, después de que el senador dijera que Trump es responsable del asalto al Capitolio del 6 de enero.
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