El activista animalista cubano Javier Larrea Formoso denunció desconsolado el envenenamiento de sus perros este sábado, en su domicilio en Santa Clara, provincia de Villa Clara.
"¡En esta ciudad llevan días envenenado animales! ¡Tienen que pagar por esto, estoy cansado ya!", dijo el joven con un llanto incontrolable.
No parece un caso alislado. También esta semana, las perras de los miembros del movimiento animalista y activistas de Santa Clara, Leidy Laura Hernández y Omar Mena, fueron envenenadas.
En horas de la mañana de este sábado, Larrea había informado en sus redes sociales el fallecimiento de Peluchín, uno de sus perritos rescatados. Aunque su muerte lo dejó muy triste porque le tenía un profundo cariño, no le resultó extraña porque era muy enfermizo y desde que lo recogió en una empresa donde lo habían abandonado había estado luchando por mantenerlo vivo.
Sin embargo, a lo largo del día, sus otros perros comenzaron a sentirse mal y tuvo que llamar al veterinario. Otros dos perros murieron también, entre ellos Pan, a quien le tenía un amor especial.
"Hoy se me murieron dos perros y acaba de morirse Pan. Envenenaron a mis perros. Quiero que la gente lo vea", denunció Javier a través de un video en vivo en Facebook.
"Tú sabes cuánto yo he luchado por estos animales, para que vengan a hacer esto", lamentó.
Javier Larrea es un luchador activo por la protección y el bienestar de los animales en Cuba. Con frecuencia denuncia y expone casos de maltrato animal en diferentes lugares del país en sus redes sociales.
A principios del pasado año, Larrea comenzó a promover una iniciativa para el bienestar de los animales en Cuba y se ha dedicado a impulsar la coordinación y la unión del movimiento animalista en el país.
Larrea ha recibido amenazas en varias ocasiones y está consciente de que con su trabajo y esfuerzo "les he fastidiado el negocio a muchos". Hace poco más de una semana denunció que estaba recibiendo amenazas, mensajes de odio e "invitaciones" que ponen en riesgo su integridad, pero aseguró que "no voy a desistir por mensajitos de gente cobarde".
Actualmente, Larrea impulsa una recogida de firmas para que el gobierno cubano elimine el decreto-ley 20/2020, que penaliza el ejercicio privado de la veterinaria pero que, sobre todo, golpea profundamente al movimiento animalista en Cuba, que depende de esos servicios para sus campañas de esterilización y la atención de perros y gatos rescatados.
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