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El luchador anticastrista Eugenio Rolando Martínez, también conocido como Musculito, falleció el sábado en la ciudad de Miami a los 98 años, informó Radio Televisión Martí.
Martínez fue uno de los cinco integrantes de un equipo que ingresó ilegalmente a las oficinas del Comité Nacional Demócrata en el emblemático edificio de Watergate, en la ciudad de Washington, el 17 de junio de 1972. Además se le conocen más de 300 infiltraciones clandestinas a Cuba como miembro de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
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En varias entrevistas a medios internacionales, Martínez mantuvo siempre la tesis de que había entrado engañado a Watergate. Había sido reclutado por compañeros de la CIA bajo el pretexto de encontrar supuestas pruebas que demostraran la injerencia de Cuba en las elecciones estadounidenses, dada la relación entre el candidato demócrata McGovern y Fidel Castro en aquellos momentos.
“Entramos a Watergate dos veces con éxito antes de que nos capturaran, una de esas ocasiones logramos instalar micrófonos. Virgilio era nuestro cerrajero, quien nos abría las puertas sin problemas, pero McCord comenzó a poner cintas (tape) en las puertas y ese fue uno de los motivos por los cuales nos sorprendieron; McCord era un doble agente que luego escribió la carta que provocó la renuncia de Nixon”, dijo en una entrevista que le hiciera America Tevé.
Junto a Martínez fueron arrestados el también cubano Virgilio González y los estadounidenses Frank Sturgis, Bernard Barker y James McCord, en una operación de la Policía del Distrito de Columbia que culminó con la renuncia del presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, dos años después.
Musculito fue condenado a 40 años de prisión, de los cuales cumplió solo 15 meses, luego de que fuera perdonado por el presidente Ronald Reagan, en 1983.
Lideró, además, los equipos de infiltración de Bahía de Cochinos durante la invasión fallida en abril 1961, que perseguía derrocar a Fidel Castro y sus seguidores. Respecto a sus acciones en Cuba dijo a Radio Televisión Martí: “Mis esfuerzos siempre han perseguido la libertad de mi país. Lo más probable es que yo no la vea, pero algún día se conseguirá”.
Durante una entrevista al diario El Mundo en 2009, Martínez cuenta que en 1995 recibió una llamada de Oliver Stone, al que asesoró en su película Nixon; aunque de los periodistas del Washington Post, Bob Woodward y Carl Berstein, no tiene muy buena opinión.
Según el periódico español, los considera muy novelescos y les acusa de “haber utilizado cualquier medio –incluidas grabaciones ocultas– en su investigación”.
Durante el diálogo con El Mundo, dijo que su vida había sido fallida y se lamenta de no haber muerto –como un héroe– en alguna de sus operaciones de infiltración. En el momento de la entrevista, con 86 años, cuidaba a su mujer enferma de Alzheimer, y confesaba su frustración por no haber acabado sus estudios como médico, ni derrocar a Fulgencio Batista ni a Fidel Castro.
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