¡Al fin! Exclamará el agradecido pueblo cubano después de vivir expectante estos últimos meses preguntándose -no se hablaba de otra cosa en las colas- cuando se inauguraría la “institución para preservar el pensamiento y la obra de Fidel Castro” – que así se presentó el proyecto en 2018-, como si la obra del Comandante cupiese en un preservativo.
Con la pretensión de continuar el culto a su personalidad, se ultiman los detalles de las impresionantes obras constructivas del Centro Fidel Castro Ruz, el cual, según Alberto Alvariño Atienzar, Máster en Historia y actual director de la Oficina de Preservación del Patrimonio Documental, tendrá “carácter político, público y equipado con alta tecnología que estimule la información interactiva” con “énfasis en los niños adolescentes y jóvenes”.
Las previsiones eran que la misión se cumpliría a finales de 2019, pero habría sido una imperdonable falta de consideración con el finado acabar una obra constructiva cubana en el tiempo previsto, ¿es que acaso las cosas funcionan mejor en Cuba después de su desaparición física?
La casa de 11 y Paseo del burgués barrio del Vedado, anteriormente propiedad de Lila Hidalgo-Gato, una de las mayores benefactoras de la decadente sociedad republicana, es donde finalmente se pone a punto esta institución para estudio y promoción del legado fideliano ¿fideliano no suena mejor que fidelista? Repítalo lentamente antes de contestar, fi..del..i..ano.
Cuando los barbudos llegaron a la capital en 1959 imponiendo su peculiar estilo e higiene, la familia Hidalgo-Gato -propietaria entre otras cosas del hospital de Rancho Boyeros- emigró y sus bienes fueron “nacionalizados”, quedando su hermosa mansión vedadense en usufructo del MININT, que la utilizó para “atender” a menores 'descarriados'.
Durante décadas la casa fue cayendo en la más angustiosa ruina, los que por allí pasaban sufrían viendo fenecer una de las residencias más hermosas de esta ciudad a manos del Ministerio del Interior, el cual nunca ha destacado por su elegancia y cuyos combatientes saben de arte y cultura tanto como los demás sabemos instalar micrófonos escondidos o infiltrarnos en la contrarrevolución.
Pero la suerte del inmueble cambió cuando el gobierno decidió hacer de él epicentro de la divulgación de la vida y milagros de Fidel, desde entonces se ha trabajado sin descanso -allí no hubo ni Covid, ni coyuntura, ni bloqueo- y la mansión y sus áreas aledañas están casi listas para coordinar a los especialistas que estudian su pensamiento… ¿estudios? ¿pensamiento?
El futuro Centro Fidel Castro Ruz toma, además de toda la manzana donde está emplazada la casona principal, parte de la aledaña, y como todo es poco para celebrar la obra del sencillo y humilde líder, se han levantado varias instalaciones nuevas en los alrededores.
La restauración del inmueble se ha hecho al detalle, con el máximo gusto y sin escatimar recursos -como mismo vivió Fidel- instalándose además 400 metros de una poderosa reja perimetral, arreglado las calles y aceras cercanas que son ahora las mejores de La Habana, y hasta se tuvo el detallazo de adoquinar la calle frontal tal como era originariamente.
Aún no se conoce específicamente qué servicios ofrecerá el centro, pero se sabe que tiene biblioteca, salas de juntas y de exhibición y hasta una imprenta propia, donde probablemente se imprimirán los discursos con los que el comandante solía amenizar en cadena nacional (todos los canales de tv y todas las emisoras de radio eran suyos) durante 3 ó 4 horitas las noches de los cubanos; y todo equipado con tecnología de punta, de la misma que usa el MININT para escuchar lo que hablan los disidentes en sus celulares mercenarios.
Para evitar las efusivas y masivas demostraciones de amor que se prevé el pueblo haga arrebatado de histeria ante la sola memoria del amado compañero Fidel, el centro está protegido por custodios, cámaras de seguridad perimetrales internas y externas y un carro patrulla en el frente con dos oficiales de la PNR y dos compañeros boinas rojas; no se descarta aún la construcción de fosos llenos de cocodrilos y un puente colgante, así como contratar los servicios de un dragón.
Un gobierno que llama techos a las tejas de zinc con que cubre las casas de los damnificados por ciclones; cuyos edificios “de micro” son famosos por su pésima calidad y que rige un país donde según datos del Partido Demócrata Cristiano de Cuba, 11 de cada 100 casas están en peligro de derrumbe, casi la mitad del fondo habitacional necesita “reparación urgente” y existen cerca de 122 mil viviendas con piso de tierra, no dudó en -mientras los cubanos se deshidratan en kilométricas colas- gastar lo que fuese necesario para crear un complejo arquitectónico a la altura del ego del Comandante.
Puede que la Habana se esté cayendo encima de sus moradores sin que se vea cómo detener el avance de los escombros, puede que queden aún albergados del ciclón Flora, pero nadie discutirá que en medio de la crisis, no había nada más urgente que gastarse unos cuantos milloncitos para celebrar las grandes ideas del líder supremo, que tanto engrandecieron a la patria cubana.
¿Qué opinas?
VER COMENTARIOS (4)Archivado en:
Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.