Un cubano residente en EE.UU. relató entre lágrimas en sus redes sociales la amarga experiencia que le dejó la escasez en que viven los ciudadanos en la isla, durante una visita que hizo al país.
“Fui a Cuba pasando trabajo, es verdad, fui a Cuba pasando trabajo porque quería ayudar a mi familia y no me importaba nada”, comienza diciendo el joven, quien precisa que viajó a pesar del peligro del coronavirus y contra el deseo de los seguidores del presidente Trump, que argumentan que no se debe ir a Cuba “a mantener al gobierno”.
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“Ustedes no saben el trabajo que están pasando nuestras familias allá”, dijo, y añadió a continuación visiblemente compungido: “no hay nada”.
El joven explicó que un día hizo “una cola porque quería pasar la experiencia esa”, y tras más de cinco horas todavía no había conseguido entrar a la tienda en Moneda Libremente Convertible (MLC).
Relató también el absurdo que supone no poder comprar en esas tiendas aunque tenga dólares en el bolsillo, y que tenga que ser de forma obligatoria a través de una tarjeta.
A pesar de haber completado el proceso de la agónica cola y tener tarjeta, concluye su experiencia precisando que cuando entró: "no había nada tampoco, caballero”.
A mediados de diciembre, durante su discurso en el Pleno de la Asamblea Nacional en el que acusó ampliamente a Estados Unidos de intentar ahogar la economía cubana, Miguel Díaz-Canel reconoció que los cubanos vivieron un 2020 con "menos medicinas, menos comida, menos transporte", pero se vanagloriaba entonces de "menos contagios, menos enfermos y menos fallecidos" por coronavirus, realidad que el reciente rebrote de la pandemia en la isla pone también en entredicho.
Mientras tanto, la experiencia vivida por el joven emigrado cubano de forma ocasional es, efectivamente, la que continúan viviendo los residentes en la isla de forma cotidiana, marcados por colas, escasez y ahora también precios muchos más elevados, desde el 1 de enero de 2021.
La aglomeración de personas y la consecuente frustración por no poder comprar los alimentos deseados son constantes en los establecimientos en Moneda Libremente Convertible (MLC). No solo tienen abusivos precios en una moneda de la que carece la mayor parte de la población, sino que para acceder a lo que se comercializa en ellas, los cubanos deben hacer cualquier cantidad de horas de cola, siempre con la incertidumbre de saber si habrá, o no, los alimentos básicos que la mayoría procura en esos establecimientos.
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