El guitarrista, compositor y cantante cubano, Pedro Luis Ferrer, reflexionó en Facebook sobre el sentido de disentir en Cuba, de dónde parte y cómo lo tratan las autoridades.
Ferrer, quien ha sostenido una postura de contestación ante arbitrariedades y atropellos por parte de las autoridades en la isla, se refirió a lo que atraviesa una persona cuando enfrenta los designios del poder, aunque viole Derechos Humanos elementales. Cuestionó, además, la ineficacia de los canales tradicionales de denuncia ciudadana y, con ello, el desamparo legal en que se encuentra un cubano:
“Por mi propia experiencia sé que en Cuba hay gente que se dedica a hacerte la vida imposible. Es como un deporte. Entonces, cuando tú gritas y denuncias (en una circunstancia donde son ineficaces los canales nacionales que recepcionan la queja ciudadana), ellos pretenden usar tu grito denunciante para justificar su maltrato: - ‘¿Vieron?’ - se dicen complacidos-. ‘Queda demostrado que es un disidente’”, manifestó el artista.
Agregó que el acto de protestar está vedado per se. No solo el aparato represivo arremete contra este derecho sino que el propio individuo se limita a su ejercicio por un aprendizaje que cada cubano adquirió, donde el disenso ha sido demonizado, temido, condenado:
“Sí, porque el acto de protesta es considerado un servicio al "enemigo" (los revolucionarios tienen que aguantar estoicamente en silencio). ¿Y acaso son "amigos" quienes dan motivos para la protesta? Así es como funciona la fábrica de disidentes, un círculo vicioso indetenible”.
El autor de La tarde se ha puesto triste cerró su publicación con una broma sobre el “mercenarismo al servicio de la CIA” que el discurso oficialista emplea contra los disidentes en Cuba y con unas décimas a las cuales llamó El Grito:
“El Grito
A Florinda la punzante
la tildan de "condotiera":
dicen que cobra en frontera
moneda del contrincante.
Y es que su grito es calante
con la furia de Sanzón.
Gente de su filiación
ha contado en Equixtán,
que grita porque le dan
con un tronco en el pezón.
-¿Cómo no voy a gritar
si provocas mi pesar?
A Juanito el protestante
lo tildan de mercenario:
dicen que cobra salario
por su bullanga constante.
Y es que el grito es abundante
como quid de los erebos.
Las ninfas y los mancebos
han expuesto en Equixtán,
que grita porque le dan
con un martillo en los huevos.
-¿Cómo no voy a gritar
si provocas mi pesar?
¿Silenciar el desconcierto?
Si no grito es que estoy muerto”
Ferrer levantó su voz, el pasado mes de marzo, para exigir la liberación de Luis Manuel Otero Alcántara, detenido por presuntos delitos. En aquella ocasión, expresó:
“Si fuera para condenar a alguien, no lo haría; pero tratándose de la liberación de un artista, no temo equivocarme y aquí dejo públicamente mi rúbrica”.
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