El total de muertos del un naufragio ocurrido el sábado en el Caribe venezolano ascendió a 23, según un informe del Gobierno de Nicolás Maduro en el que se indica que la búsqueda de posibles víctimas continúa.
"La suma de víctimas por este hecho llega a 23 fallecidos, y hasta ahora se ha logrado la identificación de 21 cadáveres que han sido entregados a sus familiares en medio de un profundo pesar", dice un comunicado del Ministerio de Interior y Justicia del país.
Este fin de semana la Guardia Costera de Venezuela halló los cadáveres de 19 balseros venezolanos, entre los que se encontraban tres niños de 2, 6 y 8 años de edad, y un bebé de 11 meses.
El Gobierno señaló que iban a Trinidad y Tobago "a reencontrarse con sus familias" por Navidad y "sin cumplir con las condiciones de seguridad mínimas".
La oposición asegura que los fallecidos, al igual que en otros naufragios ocurridos en esa zona en los últimos años, eran venezolanos que querían emigrar del país en vistas de la profunda crisis económica.
Se desconoce si iban todos a bordo de la misma embarcación, tras confirmarse más fallecidos (23) por tanto el número de migrantes era mayor al reportado por el Gobierno inicialmente.
Según fuentes gubernamentales se detuvieron dos de los presuntos autores del hecho: el dueño de la embarcación que naufragó, con antecedentes penales por delitos de tráficos de drogas y tráfico ilícito de personas, y el propietario de la hacienda de donde zarparon.
"Dichas personas están aportando información relevante a los efectos de la investigación", prosigue el escrito en el que aseguran que los organismos de seguridad "continúan los trabajos ininterrumpidos de búsqueda y salvamento de posibles víctimas".
Según una nota de prensa de la Asamblea Nacional de Venezuela, de mayoría opositora, los diputados aprobaron “un acuerdo que instruye enviar una carta de protesta al Gobierno de Trinidad y Tobago por su actitud de complicidad ante la muerte de estos refugiados y migrantes venezolanos”.
Por su parte, las autoridades venezolanas han rechazado una supuesta campaña "emprendida por las corporaciones mediáticas", en alusión a algunos medios de comunicación, sin precisar cuáles, que están difundiendo información sobre este naufragio.
Mientras tanto los miembros de la OEA debatieron hoy sobre la situación migratoria del país caribeño: “Los venezolanos están por todo el mundo desesperados (...) Lo que pasa es la consecuencia dramática de un régimen autoritario”, señaló durante su pronunciamiento el embajador uruguayo Washington Abdala.
La discusión se desarrolló con el respaldo de 18 países miembros del organismo internacional, mientras que naciones como Argentina, México, República Dominicana, San Kitts y Nevis, Santa Lucía, Surinam, Trinidad y Tobago, y Bolivia, entre otras, se abstuvieron; Antigua y Barbuda, San Vicente y las Granadinas, y Nicaragua -aliada a la dictadura de Nicolás Maduro- se expresaron en contra del debate. En total, el número de abstenciones fue de 11, y hubo dos delegaciones ausentes.
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