El artista independiente y activista Luis Manuel Otero Alcántara exigió al gobernante cubano Miguel Díaz-Canel que demostrara sus conexiones con la CIA, a propósito de la campaña orquestada desde la prensa oficialista que pretende involucrar al Movimiento San Isidro con acciones terroristas en Cuba.
“Yo les digo que si soy de la CIA que lo demuestren. Convoco a Díaz-Canel que es el presidente de la dictadura, para que me demuestre a mí que yo trabajo para la CIA”, dijo durante una trasmisión directa en Facebook.
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Asimismo, Otero Alcántara exigió que demostraran que era un delincuente y un terrorista. “Los delincuentes son ellos”, aseguró, refiriéndose al gobierno. “Indiscutiblemente el régimen tiene permeado a los cubanos con su propaganda política y esto hace que puedan creer mal de mí, porque no me conocen”.
Defendió además su obra como artista, cuestionada por los voceros del oficialismo en múltiples espacios, debido, entre otras cosas, a supuesta "agresión" a los símbolos patrios. Esto último se fundamenta en una obra del artista, en la que decide usar la bandera cubana como una "segunda piel" y que lo acompañe en cada uno de sus actos, incluso los más íntimos, a modo de demostrar que el patriotismo estaba en cada uno de ellos.
“El régimen nos quiere convencer de que la única manera de ser patriotas es rígida, con una camisa a cuadros y repitiendo consignas. No, hay miles de maneras de ser patriotas, miles de maneras de amar la bandera”, afirmó.
De igual modo, adelantó que estarían informando quiénes son los miembros del Movimiento San Isidro, en vistas de las calumnias que se han lanzado contra ellos. “El régimen tergiversa obras y acciones, sacando cosas de contexto”.
Otero Alcántara habló de sus orígenes en un barrio humilde del Cerro, en La Habana. “Vivía en un entorno de mucha violencia, donde el padre de tu amigo podía amanecer muerto de una puñalada. De mucha violencia y carencias”, relató.
Más delante, aseguró que pertenecía desde los 18 años a la Asociación Cubana de Artesanos y Artistas (ACAA), una institución del Estado, a pesar de que el gobierno insistía ahora en deslegitimar su labor artística.
“He hecho exposiciones en lugares importantes de la institucionalidad cubana, como el centro Wifredo Lam y otras galerías del Museo de Bellas Artes y el Pabellón Cuba. Me gané una beca. Pasé por talleres de Tania Bruguera y Samuel Riera”, detalló.
Otero recordó que tras ganar un concurso en el que participaron varios artistas, con un jurado internacional, viajó a Madrid. “Todos pensaban que me iba a quedar. Un tipo como yo, negro, rebelde, sin preparación”, afirmó.
Sin embargo, regresó, y es entonces cuando decide armar la obra del Museo de la Disidencia en Cuba, donde cuelga imágenes de los rostros de Hatuey, José Martí, Fidel Castro y Oswaldo Payá, por considerar a cada uno disidente en un determinado momento histórico. Rápidamente, la obra atrajo la atención de la Seguridad del Estado.
Recordó que en 2013 había creado una figura de la Virgen de la Caridad del Cobre con papel maché. “Salí caminando desde La Habana hasta Santiago de Cuba, por toda la carretera central, pueblo por pueblo. Ahora estamos haciendo un documental sobre eso y yo estoy escribiendo una bitácora que debe salir el año que viene”, expuso.
La idea de Otero era recolectar dinero que le dejaran las personas a su paso y, cuando llegara a Santiago de Cuba, entregarle la suma a una familia damnificada por el ciclón Sandy. “Yo quería hablar un poco del sacrificio de los cubanos, de cómo recuperar la fe que nos habían fracturado, la fe en el otro, las buenas costumbres”, contó.
“Cuando yo llego a Ciego de Ávila, el régimen me quita la Virgen y todo el dinero y me mete preso; me dicen que tengo que regresar a La Habana”, evocó. “En un Primero de Mayo, desfilé con dos cabezas de papel maché de Fidel Castro y de Hugo Chávez, cuestionando sus figuras rígidas”.
Otra de las creaciones que mencionó fue la Bienal 00, una alternativa ante la suspensión de la Bienal de La Habana por parte de las autoridades, alegando dificultadas económicas para solventar el evento. “Lo que pasa es que esa edición coincidía con el cambio de gobernante, cuando se puso a Díaz-Canel al frente del país. Sabíamos que era una jugada política”, aseveró.
“Ahí empezaron las campañas de descrédito. Luego vino lo del Decreto 349, contra el que nos manifestamos, y de ahí surge el Movimiento San Isidro, a partir de gestores culturales, de artistas que estábamos siendo abusados, machucados por el régimen”, expresó.
En otro momento, aseguró que llevaba dos días con la Seguridad del Estado afuera de su domicilio. “Tengo una cámara que vigila mi casa las 24 horas del día. Este es el momento de cambiar Cuba”, dijo, y advirtió que iba a seguir luchando por la libertad de Denis Solís.
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