Familiares y amigos de Briam Quiñones Torres, el chófer de Transtur fallecido este domingo en accidente de tránsito en La Habana, le organizaron este miércoles una multitudiaria despedida, en la que aprovecharon para quejarse de que la ambulancia que debía trasladarlo al hospital tardó una hora y 40 minutos en llegar al lugar del siniestro.
Allí, en el suelo, a Briam Quiñones se le escapaba la vida a sus 36 años. Apenas podía respirar. Un perro se le cruzó en el camino cuando iba en su moto por la carretera del primer anillo, en dirección a la Cujae, y no le dio tiempo a frenar. Se le trancó el freno de atrás y cayó al suelo. Su propia moto le golpeó en la cabeza, por detrás de una oreja. "Era el único golpe que tenía", comenta un testigo a CiberCuba.
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El accidente ocurrió justo enfrente de una de las pocas casas que hay en esa carretera. En medio del silencio, se escuchó el ruido de "algo que se arrastraba por los suelos". Era la moto de Briam, después de perder el control. El único vecino que había por allí se acercó a auxiliarlo. Enseguida llegó otro hombre que se identificó como miembro de la Seguridad del Estado y llamó a la Policía.
Briam seguía vivo, pero la PNR no permitió que fuera trasladado al hospital en un carro particular. Lo dejaron agonizar en el suelo durante una hora y cuarenta minutos. Fue el tiempo que tardó en llegar la ambulancia que lo trasladó al hospital. Llegó en estado muy grave y los médicos no pudieron hacer nada por salvarle la vida.
"Los presentes queríamos darle los primeros auxilios y la Policía no nos dejaba. Hubo mucha pérdida de tiempo", denuncia un joven muy allegado a la familia del difunto, que deja cinco hijos huérfanos, de 18, 11, 10, 8 y un bebé. El menor de los niños tiene apenas 10 días de nacido.
"La mujer (de Briam) ahora mismo está destrozada. Ya lo enterramos ayer y no lo creemos. Cada publicación nos hace llorar. Era una persona muy querida".
Briam era chófer de la guagua 3672 de Transtur, pero también era un fanático del motor. De hecho, formaba parte de un grupo de Locos por los Jawa.
Sus amigos, los moteros, los acompañaron desde Arroyo Naranjo hasta el cementerio de Colón, donde le dedicaron vivas. En el trayecto hacia el Vedado cortaron el tránsito en una comitiva que echó a rodar luego de que el difunto recibiera una despedida religiosa.
Hoy un grupo de amigos de Briam, acompañados de la mamá de éste, se acercaron en caravana a la autovía donde falleció a depositarle flores en lo que es el último adiós. "Era un hombre muy querido", reitera su amigo a CiberCuba.
Accidentes y tardanzas habituales
Los accidentes por animales en la vía son muy comunes en Cuba. En el año 2003 un animal suelto en la autopista nacional provocó un accidente masivo a la altura de Villa Clara, en el que fallecieron 34 personas y otras 72 sufrieron lesiones. La guagua en la que viajaban chocó con una rastra, según recogió el diario Granma.
Después de aquel desastre, en los tres primeros meses del año pasado, se registraron 20 accidentes por animales en la vía en territorio villaclareño. Esa cifra superó en dos a la del año 2018.
El Gobierno ha anunciado multas y decomiso de animales, pero no ha presentado un plan serio para señalizar las vías donde los conductores pueden encontrárselos.
También son habituales que las ambulancias de Cuba o no lleguen o lleguen tarde. Ocurrió en agosto pasado cuando un hombre asestó varias puñaladas a su esposa en Bauta (Artemisa). La ambulancia de Caimito, el pueblo donde ocurrieron los hechos, nunca apareció. Diana Márquez murió desangrada.
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