Entrevista al Dr. Alexander Pupo: "No me arrepiento de nada"

El médico cubano expulsado de su beca en Las Tunas por sus críticas políticas en Facebook ha concedido una entrevista en CiberCuba en la que ha hablado sobre los motivos que le llevaron a renunciar a su puesto y el acoso sufrido.


Este artículo es de hace 4 años

Alexander Raúl Pupo Casas, el médico cubano que fue expulsado de la beca que tenía en Las Tunas, mientras estudiaba la especialidad de Neurocirugía en el Hospital Ernesto Che Guevara, ha concedido este viernes una entrevista en CiberCuba en la que ha hablado sobre los motivos que le llevaron a renunciar a su puesto; sobre el acoso que ha estado sufriendo; sus denuncias en las redes sociales y sus sueños y aspiraciones futuras.

En la conversación con este diario, el Dr. Pupo Casas deja claro que no se arrepiente de nada y que si pudiera echar el tiempo atrás haría publicaciones más fuertes, sabiendo lo que sabe ahora.


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En declaraciones a CiberCuba, el doctor Pupo Casas asegura que decidió renunciar a su plaza de médico en el hospital provincial de Las Tunas debido a la campaña de difamación de la que fue objeto por parte de la jefa de Servicio de Neurocirugía, Liset Ponce de León Noriega.

Esta semana pasó por su trabajo a recoger su expediente laboral. Allí le hablaron de la sanción que iban a ponerle (le pedían la expulsión definitiva del centro) y también le dijeron que podía incorporarse en cualquier otro hospital del país, que quiera aceptarlo como residente.

Si él hubiera esperado a que se confirmara la expulsión se arriesgaba, incluso, a perder la especialidad o a la invalidación de su título. "Pensé que de no renunciar podía también perder el título", asegura.

A preguntas de CiberCuba, el Dr. Pupo Casas recordó que su polémica expulsión de la beca de Las Tunas comenzó el 7 de septiembre pasado cuando él aceptó la solicitud de amistad que su jefa, la Dra. Ponce de León Noriega le hizo en Facebook. La admitió entre sus amigos porque hasta ese momento tenían buenas relaciones personales.

Ella tuvo acceso, de esa manera, a las publicaciones que él venía haciendo, en las que critica las cosas que, en su opinión, están mal.

Después de pasar revista al muro de Facebook de Pupo Casas, la jefa de Servicio de Neurocirugía del hospital donde él trabajaba lo etiquetó en un post en el que arremetía contra su postura que ella considera 'contrarrevolucionaria.

Él le contestó que sus críticas las hace en Facebook, que él no sale a la calle con carteles ni nada por el estilo. También le recordó que opinar distinto no le hace mejor o peor profesional.

El resto ya lo sabemos. Alexander Raúl Pupo Casas fue sometido a comisiones de investigación y a un proceso de expulsión; después él denunció lo ocurrido en Facebook y le quitaron la beca. Pero no se la quitaron acusado de pensar diferente sino so pretexto de irregularidades en los papeles de la adjudicación de la residencia estudiantil.

No les bastó notificarle la expulsión sino que, además, le pusieron un guardia de seguridad para que lo acompañara a sacar sus cosas cuanto antes y lo dejaron, en mitad de la pandemia, por la tarde, en la calle, a sabiendas de que él es de Holguín y de que en plena crisis COVID-19 necesitaba un permiso de las autoridades de transporte para desplazarse a su provincia.

Pero como siempre que se cierra una puerta, se abre una ventana, un compañero de trabajo ayudó al Dr. Pupo Casas y lo acogió en su vivienda.

Ahora, que todo ha pasado, él reconoce que cuando hacía sus publicaciones en Facebook era consciente de que podían llamarle a pedirle cuentas, pero nunca imaginó que iba a ser vigilado y perseguido por agentes de la Seguridad del Estado por denunciar que en el barrio humilde donde él vive (entre La Plaquita y el Guarro, en Holguín), no hay alcantarillado, el agua la ponen cada 17 días y las aguas albañales circulan por la calle.

Su familia obviamente está preocupada por lo ocurrido. Su padre, que tiene ideas contrarias a las suyas, no ha dicho nada, pero Alexander Pupo Casas está tranquilo porque su familia, a pesar de las diferencias, es muy unida y cierra filas en cuanto alguno de sus miembros tiene un problema.

Ahora espera poder retomar su especialidad en algún otro hospital de Cuba, si lo dejan o de lo contrario no tendrá otra opción que coger el camino del exilio. "Si no me quedara más remedio, tendría que emigrar. Yo me preparé para ser médico. Es lo que me gusta, lo que me apasiona. Quisiera que fuera aquí (ejercer en Cuba) porque aquí es donde me formé y sé la necesidad que hay en Cuba".

Alexander Pupo Casas cree que la solución al problema que vive hoy la Isla está dentro del país. De hecho, él cree que si en lugar de perseguirlo hubieran leído sus publicaciones con el ánimo de solucionar el problema, nada de lo ocurrido habría pasado.

A raíz de todo el proceso de investigación al que ha sido sometido por sus ideas políticas, él se dio cuenta de que su caso no era una excepción. Muchas personas le escribieron para contarle que les había pasado lo mismo. "Eso me demuestra que no tenemos un país justo. Un país justo no destruye tantas vidas", dice a CiberCuba.

Casi al final de la entrevista, el Dr. Pupo Casas recalca que cuando una persona entra por la puerta del hospital se convierte en un paciente y merece toda su atención. "A mí no me interesa si es un violador o un asesino, si está a favor o en contra del proceso. Después que pisa la puerta del hospital es una persona enferma que merece toda mi atención", dijo.

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Tania Costa

(La Habana, 1973) vive en España. Ha dirigido el periódico español El Faro de Melilla y FaroTV Melilla. Fue jefa de la edición murciana de 20 minutos y asesora de Comunicación de la Vicepresidencia del Gobierno de Murcia (España)


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