Cubana asegura que se puede vivir con lo que dan en la bodega

“Bueno, en el momento que estamos viviendo, uno se adapta a las dificultades y vive como debe vivir”, dijo.


Este artículo es de hace 4 años

Una cubana en Las Tunas declaró a la prensa oficialista local que los productos normados que se adquieren en las bodegas, a través de la libreta de abastecimiento son suficientes para vivir.

En un reportaje televisivo del medio Tiempo 21, la mujer dice que no veía mala la alimentación en el país. “Bueno, en el momento que estamos viviendo, uno se adapta a las dificultades y vive como debe vivir”, dijo.


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“Por lo menos a mí no me ha hecho falta nada, gracias a Dios. Compro mis mandados en mi bodega, con eso me siento suficiente porque me alcanzan. Aparte de eso, la vianda que adquiero por ahí al precio que sea hay que comprarla, nunca la he sentido tan cara como para pasar esa necesidad”, expuso.

“No es que tenga dinero, pero, bueno, nunca he sentido lo que se dice que esto aquí está malo y que allá no. Yo compro mis cositas y voy pasando”, añadió.

Otros aseguran que no hay pollo ni cárnicos a la venta y la situación está “bien difícil”, a la vez que hablaron de las aglomeraciones. “Las viandas y el arroz están perdidos, yo creo que eso es de otra galaxia. Lo que aparece es el plátano burro, que son 15 pesos un racimo y eso no saca a nadie de ningún apuro. Lo otro que hay es harina de maíz que a veces traen, pero solo a determinadas tiendas”, comentó un entrevistado.

El propio periodista opina que los intentos de cubrir la demanda son insuficientes. “Vemos largas colas, permanecen toda una noche para adquirir un producto básico. Buscar alternativas más certeras es la gran tarea”, dijo.

“La venta de productos de manera normada, utilizando la conocida libreta de racionamiento, ha sido una solución eficaz ante la escasez de recursos en Las Tunas. Sin embargo, persisten problemas relacionados con la organización para acceder a sus productos”, expresa otra periodista.

“Si se trata de ser lo más equitativos posibles, entonces hay que ser más creativos para que el malestar ocasionado a la población sea el menor. A fin de cuentas, es una gran mayoría la que aún permanece a la espera en largas colas, a veces al sol, y en ocasiones para terminar la jornada con las manos y la mesa vacías”, concluye.

La libreta de abastecimiento existe en Cuba desde el 12 de julio de 1963. Con ella, se regula la distribución de alimentos subsidiados a los núcleos familiares del país. Los víveres se venden a menor precio, pero cada vez incluye menos alimentos y productos de aseo, y muchos afirman que no alcanzan ni remotamente para cubrir la canasta básica de un mes entero.

Tales condiciones obligan al pueblo a comprar los productos a altos precios y muchas veces ni teniendo el dinero lo consiguen. La cartilla fue impulsada por el fallecido dictador Fidel Castro y desde el comienzo se asemejaba a otras estrategias de racionalización adoptadas por gobiernos totalitarios, como el de Francisco Franco en España, quien estableció un método similar de distribución en 1939.

En junio pasado, el periodista Jesús Álvarez López, de CMHW, defendió la creación de la libreta, expresando que la misma “surgió del alma noble de Fidel, para que todos pudiéramos comer”.

López aseguró que “la Covid 19 vino a vindicar definitivamente nuestra libreta de productos alimenticios que lleva el sello de Fidel, su creador, para repartir entre todos, lo que tuviéramos, como los tres mosqueteros, cuando apenas comenzaba el cerco”, refiriéndose al embargo estadounidense y las leyes que Estados Unidos aplicó contra el régimen cubano en la década los sesenta.

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Maykel González

Periodista de Cibercuba. Graduado de Periodismo por la Universidad de La Habana (2012). Cofundador de la revista independiente El Estornudo.


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