El abogado cubano Sergio Osmín Fernández Palacios reiteró ante dos oficiales de la Seguridad del Estado (DSE) de Cuba, y en sede policial, su denuncia sobre una supuesta "corrupción financiera transnacional" a través de la empresa LABIOFAM, en la que estarían "involucrados Raúl Castro Ruz, dos de sus sobrinos Alejandro Castro Soto del Valle (hijo de Fidel) y José Antonio Fraga Castro", exdirector de la entidad cuestionada.
La reiteración de la denuncia ante oficiales del Ministerio del Interior de Cuba, en una unidad de la Policía Nacional Revolucionaria que cuenta con un departamento de Procesamiento Penal, obligaría a las autoridades a proceder contra el denunciante, que basa su argumento jurídico en la propia Ley de Procedimiento Penal, bien para tomarle declaración oficial (Denuncia Penal) o imputarle algún delito de Denuncia o Acusación Falsa, explicó a CiberCuba el propio Fernández Palacios.
Fernández Palacios calculó en unos cinco minutos la duración de su "entrevista-acoso" con miembros del DSE, que se interesaron por conocer las fuentes que posibilitaron al interrogado articular su denuncia contra Fraga Castro, como parte de "un grupo de Crimen Organizado para fraudes y malas-prácticas financieras transnacionales" desde la jefatura de LABIOFAM.
El interrogado cree que la corta entrevista tuvo "carácter profiláctico", pero que puede abrir el camino para una ulterior acción penal en su contra, que podría apoyarse en una supuesta contravención legal prevista en el Decreto Ley 370 (Ley Azote) para intentar acallar las denuncias de la Plataforma Inteligencia Ciudadana (I-CID), que coordina desde La Habana.
La denuncia pública de Fernández Palacios se produjo CiberCuba, en diciembre pasado, pero las autoridades cubanas no lo requirieron oficialmente hasta este 29 de septiembre, tras realizar otras denuncias públicas sobre las mansiones en las que viven el General de Brigada Luis Alberto Rodríguez López-Calleja, el coronel Alejandro Castro Espín, su hermana Mariela, el primer ministro Manuel Marrero Cruz y los números uno del partido comunista en La Habana y de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC).
Fernández Palacios fue "entrevistado y acosado por el capitán Ángel y el primer teniente Pedro", miembros de la Contrainteligencia castrista, en la estación de policía de Zapata y C, Vedado, adonde había sido convocado mediante una citación policial entregada en su domicilio por un "policía irrespetuoso".
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