El Pentágono desvió una buena parte de un fondo multimillonario que estaba destinado a aumentar los suministros de equipo médico del país, para redirigirlo a la fabricación de medios militares en el ejército como partes de motores de aviones, armaduras y uniformes.
La suma proviene de un fondo de mil millones de dólares que el Congreso dio al Pentágono en marzo para la fabricación de utensilios para el sistema sanitario como mascarillas ante la pandemia del nuevo coronavirus, que este martes ya ha causado la muerte de más de 200 000 personas en EE.UU.
Sin embargo, la mayoría del dinero en manos del ejército fue desviado para suplir vacíos en los suministros militares, señala este martes un reportaje publicado en el Washington Post. La publicación recuerda que La Ley Cares, que el Congreso aprobó a principios de este año, dio al Pentágono dinero para “prevenir, preparar y responder al coronavirus”.
Semanas más tarde, el Departamento de Defensa comenzó a reformular la forma en que otorgaría el dinero, mientras los funcionarios de salud de EE.UU. piensan que todavía hay grandes carencias de financiación en la respuesta a la pandemia.
Muchos hospitales en el país todavía se enfrentan a una grave escasez de máscaras N95. Por otro lado, Robert Redfield, director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), dijo en un testimonio ante el Senado la semana pasada que los estados necesitan desesperadamente 6 mil millones de dólares para distribuir vacunas a los estadounidenses a principios del año próximo.
El fondo de mil millones de dólares es sólo una fracción de los 3 mil millones de dólares en gastos de emergencia que el Congreso aprobó a principios de año para encarar la pandemia, pero deja en evidencia cómo el dinero fue redistribuido favoreciendo a empresas que no eran originalmente el objetivo de la asistencia.
“Esto es parte integral de si tenemos prioridades presupuestarias que realmente sirven a nuestra seguridad pública o si tenemos un gobierno que está actuando por intereses especiales”, dijo Mandy Smithberger, un analista de defensa en el Proyecto de Supervisión del Gobierno.
La administración Trump estuvo bajo una intensa presión esta primavera para usar la Ley Cares con el fin de hacer frente a la grave escasez de máscaras de grado médico y otros suministros. Aun así, el Pentágono decidió dar a los contratistas de defensa cientos de millones de dólares del fondo, principalmente para proyectos que no guardan vínculo alguno con la respuesta al coronavirus.
Del fondo se desglosan 183 millones de dólares a empresas como Rolls-Royce y ArcelorMittal para mantener la industria de la construcción naval; decenas de millones de dólares para tecnología de satélites, aviones no tripulados y vigilancia espacial.
A estos se suman 80 millones de dólares a una empresa de piezas de aviones de Kansas que sufrió la caída del modelo Boeing 737 Max y la ralentización mundial de los viajes aéreos; y 2 millones de dólares para un fabricante nacional de tela de uniformes de la Armada.
Ellen Lord, subsecretaria de defensa para adquisiciones y sostenimiento, sostuvo que su oficina ha trabajado estrechamente con el Congreso y las agencias federales para satisfacer las necesidades de las industrias médica y de defensa.
“Necesitamos recordar siempre que la seguridad económica y la seguridad nacional están muy estrechamente interrelacionadas y nuestra base industrial es realmente el nexo entre ambas”, explicó.
Por su parte, los funcionarios del Pentágono responden que han sido totalmente transparentes tanto con los demócratas como con los republicanos en el Congreso sobre sus planes para el dinero. Los oficiales de defensa dicen que las prioridades de financiación del Pentágono fueron influenciadas por un estudio de la industria elaborado en 2018.
Dicho estudio, impulsado por una orden ejecutiva de Trump y por el asesor económico Peter Navarro, señaló varios cientos de deficiencias en la cadena de suministro que podrían obstaculizar la capacidad del ejército de EE.UU. para competir con China.
El presupuesto de defensa de 686 mil millones de dólares para el año fiscal 2019 es comparable al de un año típico durante la Guerra Fría o el período poco después del 11 de septiembre de 2001, aunque ha disminuido un poco como porcentaje de la economía.
En un inicio, el Pentágono planeó gastar la mayor parte del fondo de 1 000 millones de dólares en suministros médicos. En abril, Ellen Lord dijo a los periodistas que tres cuartas partes se destinarían a recursos médicos y el resto a contratistas de defensa.
Pero, en junio, comunicó a los legisladores durante una audiencia en el Congreso que el departamento pronto se dio cuenta de que los contratistas de defensa tenían “necesidades críticas también”.
Estados Unidos es, por amplia diferencia, el país más afectado por la pandemia en todo el mundo, al reportar más de 6.8 millones de contagios y 200 284 muertes a causa de la enfermedad originada en la ciudad china de Wuhan, según los datos de la universidad Johns Hopkins.
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