Está en Netflix. Es una miniserie de tan solo cinco capítulos, cada cual dirigido por realizadores diferentes, acerca de los cinco criminales más rastreados y aún perseguidos del orbe.
Los delincuentes, terroristas, más atroces que han podido evitar su captura y condena, más allá de las millonarias recompensas masivas ofrecidas y de las investigaciones, cercos, persecuciones y/o arrestos a nivel global.
- El máximo responsable del cartel de narcotráfico de Sinaloa, en México.
- El mayor culpable de las matanzas masivas de tutsis, por parte de los hutus, en Ruanda.
- La que es conocida como la "madre de los terroristas", una inglesa convertida al Islamismo.
- El capo de los capos de la mafia rusa.
- Y el heredero, continuador actual, de la Cosa Nostra dentro de la mafia italiana, en Sicilia.
Ninguno -excepto uno, al final de su episodio- ha sido atrapado.
Cuatro siguen fugitivos y protegidos por los, aparentemente, estrechos contactos que tienen sus organizaciones criminales con gobiernos y policías en muchas partes. Y por el profundo miedo sembrado en las poblaciones.
Intrigante, entretenida, aunque lacerante.
Duele tanto ver tantos asesinatos a gente simple y buena -en la última división, está el caso de un niño bellísimo, con la única culpa de nacer y haber sido hijo de sus padres-, como el saberles impunes y a merced de seguir cometiendo fechorías, en cualquier otro lugar y momento.
Imagino que Netflix seguirá con secuelas de estas investigaciones, pues deben existir muchos más casos.
Por lo pronto, esta es interesante e instructiva.
Si bien no tiene un desenlace feliz.
O no tiene final alguno, pues los magnicidas andan sueltos.
Y quizás hasta le pasen por al lado, uno de estos días.
Usted cuídese.
Evite salir, por la pandemia y "por si las moscas".
Ande atento y...
¡No se la pierda!
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