Los gobiernos de La Habana y Granma arreciaron sus medidas en contra de los coleros y revendedores de los productos que se venden en las tiendas cubanas y los medios oficialistas los muestran como culpables de la escasez y el desabastecimiento.
Las medidas van desde el escaneo de los carné de identidad hasta la creación de brigadas que controlen las colas y que según el propio dirigente comunista de la capital, "se observa más organización", además algunos ciudadanos evadieron la ley y se procedió a su detención, mencionó en su página web el periódico oficialista Tribuna de La Habana.
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En la capital el primer secretario del Partido Comunista, Luis Antonio Tórres Iríbar, ya había anunciado medidas "severas" en contra de estas personas, que presuntamente marcan desde horas tempranas de la mañana para luego vender los turnos a otros ciudadanos que pueden pagar por ellos.
Trabajadores de los centros comerciales y población en general dicen sentirse conformes con las medidas, según la versión oficial de la prensa estatal que solo muestra el fenómeno de los coleros y revendedores como el problema, sin analizar que es el desabastecimiento el que impide a los ciudadanos acceder libremente a los pocos productos que se ofertan en el país.
Por su parte, en la provincia Granma se constituyeron 47 grupos de trabajo para enfrentar lo que oficialmente insisten en llamar una indisciplina social. Las autoridades de este territorio oriental convocaron a trabajadores y ciudadanos para que dediquen horas de su día a día a controlar a las personas que no tienen otra opción que someterse a largas colas, y así comprar productos de primera necesidad.
Las imágenes divulgadas muestran una realidad diferente a lo que enfrentan los ciudadanos día a día. La poca diversidad de productos, el limitado abastecimiento y la crisis económica del país provocan que muchos ciudadanos tengan que pasar horas, incluso desde la madrugada, y realizar sus compras mas relevantes.
En medio de la crisis sanitaria del nuevo coronavirus, si bien las cifras oficiales no muestran un gran impacto de la enfermedad en los cubanos, el mayor problema ha sido en la falta de gestión de las autoridades para garantizar los productos de primera necesidad que necesita la población.
Las recientes medidas se unen a otras que ya existían desde que comenzó a escasear el pollo, el jabón y hasta el champú en las tiendas en CUC, incluso fue regularon la venta a través de la libreta de abastecimiento, sobre todo en la capital. una medida que quedó en desuso cuando La Habana entró en la primera fase de desescalada.
La medida de escanear los documentos de identidad a partir de una aplicación desarrollada por la Universidad de Ciencias Informáticas de La Habana generó incertidumbre en la población, ya que no existe un protocolo oficial ni legal para el tratamiento de los datos recopilados por aquellas personas que estén al frente de la actividad.
Incluso agentes de la PNR tiraban fotos a los ciudadanos que estaban en las colas, con el fin de evitar el acaparamiento, en una expresa violación del artículo 48 de la Constitución cubana, donde se establece que "todas las personas tienen derecho a que se les respete su intimidad personal y familiar, su propia imagen y voz, su honor e identidad personal".
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