El gobierno cubano informó que producirá apenas un 10 por ciento de la demanda interna de frijoles en 2020, aunque con tono triunfalista dijo hace dos semanas que entregaría "unas pocas libras más" de la leguminosa a la población.
"Cuba demanda 70 mil toneladas de frijol anualmente; en los últimos tres años se han entregado al balance más de 51 mil toneladas, pero en 2020 se debe llegar solo a siete mil toneladas, puesto que hasta hoy hay acopiadas más de cinco mil 800", informó Yojan García Rodas, jefe del departamento de cultivos varios del Ministerio de Agricultura (MINAG).
El directivo afirmó a la Agencia Cubana de Noticias que la presencia del frijol en los mercados estatales cubanos ha ido en decadencia en los últimos meses, debido a las afectaciones en el cultivo del grano.
Como es habitual, García Rodas responsabilizó al embargo estadounidense contra el gobierno de la isla por la falta de fertilizantes y plaguicidas; y a las consecuentes plagas y enfermedades, de afectar los rendimientos y la producción.
"El recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos provocó la disminución del nivel de diesel y la falta de insumos, fertilizantes y pesticidas, y se redujo la siembra a 23 mil 500 hectáreas, de 46 mil planificadas", explicó.
Dijo que el fertilizante solo alcanzó para 8 por ciento de las hectáreas sembradas, y el pesticida para el 16 por ciento.
La situación se agravó con la proliferación de la plaga del trips de la flor del frijol, lo que afectó la producción de 1.15 toneladas por hectárea.
De acuerdo con la información oficial se afectaron en total 13 mil 500 hectáreas de cultivos durante la campaña de frío y fueron demolidas completamente 7 mil 500.
García Rodas dijo que esta es la causa de la disminución de la legumbre, uno de los alimentos básicos de la población cubana, en los mercados del país.
La solución para garantizar el consumo social ha sido multiplicar la siembra de frijol carita (caupí), una legumbre de primavera y por lo tanto más resistente a los insectos conocidos como trips, subrayó el directivo.
El gobierno cubano anunció recientemente que para los meses de verano sumarían 6 onzas de frijoles a las 10 onzas que ya recibe cada cubano, por lo que estos meses cada consumidor recibirá 16 onzas del producto para 30 días.
Los ciudadanos en la Isla enfrentan desde inicios de año una generalizada escasez de alimentos y en medio de la pandemia del coronavirus han debido someterse a largas colas para poder alcanzar los productos que llevar a la mesa.
Ante la escasez, el gobierno cubano ha incentivado la idea de cultivar en espacios que habitualmente no se destinarían a ellos, como es el caso actual de las salas comunitarias de televisión en la provincia de Granma.
Cuba importa entre el 60 y 70 por ciento de los alimentos que consume a un costo aproximado de 2.000 millones de dólares anuales, principalmente cereales y granos como arroz, maíz, soja y frijoles, así como otros artículos como leche en polvo y pollo.
El Gobierno cubano sostiene que importa el 80 por ciento de los alimentos que distribuye en la canasta básica mediante un sistema de racionamiento que cubre algunos ingredientes como el arroz, frijoles, azúcar, pollo y aceite para cocinar.
Esa situación ocurre cuando el Estado -que establece precios y controla la mayor parte de la distribución- posee el 80 por ciento de la tierra y arrienda la mayor parte a agricultores y cooperativas. El resto es propiedad de los agricultores familiares privados y sus cooperativas.
Ante su ineficacia, el gobierno cubano anunció nuevas medidas para destrabar la economía del país según las cuales se permitirá a productores privados importar sus propios insumos y exportar los productos que logren sacar de la tierra.
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