Una cubana residente en Santa Clara se plantó este viernes en su bodega a exigir al dependiente que deje de robarle en el peso de los productos que el gobierno vende por la libreta de abastecimientos.
Alina Amaro Blanco llamó incluso a la policía para denunciar a su bodeguera, según ella misma relató en las redes sociales.
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“Ya me cansé de que me estén robando en mi bodega, parece que hay que andar permanentemente con la pesa en la cartera. La bodega se llama Rancho Grande, está ubicada en el Paseo de la paz y Alejandro Oms. Llamé a la policía a las 6:30 pm y no ha llegado nadie, pues entonces así se van a enterar”, expresó en la cuenta de Facebook del usuario Ricardo Morales Váldez, con quien al parecer tiene alguna relación.
“Y aclaro, lo mío no es la política, pero lo que el Estado me da por ley me corresponde y nadie me lo puede robar. Si la policía no se presenta a hacer su trabajo ya ustedes son testigos de este descaro, le roban al pueblo con el cuento: ‘si ya saliste de la bodega, te jodiste’”, cuestionó.
“Ayúdenme a que esto llegue lejos, ya son las 7:06 pm y quieren cerrar la bodega y la policía no ha venido, y yo estoy aquí esperando y nada, la policía no llega. Me pregunto: ¿es autorizado robar?”, concluyó.
El texto de Amaro Blanco acompaña a un video en el que se ve a la airada cliente, con las bolsas con las mercancías arriba del mostrador, discutiendo con la administradora del local.
La mujer salió a pesar las mercancías y al darse cuenta de que le faltaba una cantidad, regresó a reclamar el faltante.
“No me filmes nada”, le decía la vendedora. “Tú saliste con los mandados para afuera. Tu deber es llamarme a mí y decirme...”.
“Salí a pesarlos, porque todos los meses me roban”, respondió la usuaria.
“Los pesé ahí mismo. si no me das lo mío, lo voy a publicar. Yo te hablo con el corazón en la mano, yo no me vendo por tres quilos, pero si no me dan lo que me corresponde, lo que el Estado me da, yo lo publico. Ponme lo que me falta y no publico nada”, añadió.
“Yo no soy ninguna criminal”, rebatió la bodeguera.
“Pero están robando, y robar es un delito”, replicó la demandante.
Cuando la directiva se aleja para llamar por teléfono a su jefe, otra dependienta se acerca y le pesa los alimentos. Pero al ver que la balanza no estaba correctamente regulada, también se va para dentro del local.
La publicación ha recibido numerosos comentarios en solidaridad con la cliente afectada.
“Esto siempre ha sido así, las pesas de las bodegas están alteradas. Yo hice las prácticas de comercio, estuve dos meses y encima te dicen cómo tienes que hacerlo, por eso no le gustaban cuando yo atendía, porque siempre le ponía un poco más y si eran personas mayores más les ponía, porque me imaginaba que podía ser mi abuelita. Que vergüenza, llevo fuera de Cuba 20 años ya y no van a cambiar, por sobrevivir se roban entre ellos mismos, qué pena”, escribió una internauta.
“Es la misma película de siempre, te roban a ti y a todos para después venderlo en el mercado negro, son unos sinvergüenzas y ladrones. Tienes toda la razón, pero tienes que ir con tu pesa o comprobar que sus pesas están arregladas y delante de la cámara partirles la cara, porque ella reclama que al salir del local ya ahí perdiste tus derechos legales, no procede tu reclamo”, expresó otra.
Otros aludieron a la responsabilidad del gobierno en mantener un sistema de distribución de alimentos que propicia actitudes como las de muchos bodegueros en todo el país.
“El mayor ladrón es el Estado y sus dirigentes... ¡Vas a reclamar a los mayores ladrones! Cada cual en Cuba hace su invento... Se llama ¡sobrevivir en Cuba!”, comentó una joven.
“Qué pena, a lo que nos ha llevado este sistema, a fajarnos con los nuestros: vecinos, amigos y muchas veces hasta con la familia. Y con los verdaderos ladrones, no. Lo que da es lástima mi pueblo”, sentenció otra.
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