El coordinador nacional de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), Carlos Rafael Miranda, insistió en que los cubanos debían sembrar hasta en sus macetas a fin de amortiguar la escasez notable de alimentos que vive hoy la isla.
“No podemos dejar ningún espacio, ninguna parcela, ningún pedacito de tierra, incluso hemos demostrado que, con macetas, con varias formas de poder tener en algún lugar, aunque sea en un edificio, en un balcón, una mata de algo que dé alimentos”, dijo el dirigente comunista al noticiero gubernamental.
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Las declaraciones fueron compartidas por el periodista Rolando Nápoles en Twitter y generaron varios comentarios en dicha plataforma.
“¡Ay por favor! Tienen al cubano entretenido en las colas del pollo y ahora quieren ponerlos a cultivar en su propio balcón, en 2020, ¡Qué falta de respeto!”, dice uno de ellos. “Yo me pregunto entonces si Mariela Castro va a criar esas langostas que tanto le gustan en su bañadera?”, anota otro.
“Ellos comen bien y por eso hablan tantas estupideces, porque ni ellos ni los suyos sufren las políticas públicas ineficientes que solo buscan afianzarlos en el poder y no solucionar los problemas de los de a pie y tapan su basura con propaganda ¡VERGÜENZA CONTRA LA MENTIRA!”, escribe otro usuario.
“Si en 1993 se hubiera tratado de fomentar la agricultura a todos los niveles, habría comida. Pero no, está gente con su mentalidad militarizada solo piensa en que hay que sembrar cuando ya ni hierba hay. Es horrible”, sostiene un cuarto internauta.
“Para eso están los campesinos, señores, ellos son los que saben de la tierra, déjenlos vender directamente al pueblo”, reclama otro.
La escasez de alimentos en la isla ya ha forzado, de cualquier modo, a que muchos adopten el ejercicio de cultivar para hacer frente a la situación. Tal es el caso del Doctor en Ciencias Hebert Pérez Concepción, prestigioso académico de Santiago de Cuba, que debió cultivar su propio patio para producir algo de comer.
El intelectual, que ostenta el Premio Nacional de Historia (2017), tiene sembrados berenjenas españolas -variedad de fruto más delgado-, rúcula, varias plantas de plátano burro, macho y platanito, también del tipo enano y Johnson; posee cultivos de espinaca, boniato, yuca, ají, quimbombó, habichuela, mango y ñame. Se trata de una variedad de cultivos los atiende él personalmente.
No es un tema nuevo en la agenda de los CDR el llamado a este tipo de tareas pues, a mediados de mayo, la organización llamaba a producir alimentos en los patios. ·Esto es una crisis mundial, no es un problema de Cuba, las producciones en todo el mundo están deprimidas, lo que repercute en la economía cubana·, explicó entonces el mismo coordinador nacional.
“Retomaremos con la agricultura urbana, suburbana y familiar todo lo que tiene que ver con la producción de alimentos, que no es la solución para garantizar el ciento por ciento de la comida, pero alivia con hortalizas, viandas, frutas; aves, conejos y alguna producción porcina”, sostuvo.
Por otro lado, el exespía cubano Gerardo Hernández, que también desempeña en los CDR como vicecoordinador, pidió recientemente a sus compatriotas que sembraran calabaza para mitigar la escasez de alimentos, ahora empeorada por la crisis global resultante del coronavirus.
Hernández afirmó que “si cada CDR produce una calabaza, y son 138 000 en el país, entonces serían 138 000 calabazas de más, decimos una por poner un número, pero lo cierto es que si cada uno de nosotros pone a producir el pedacito de tierra que pueda es menos alimentos que tiene que importar el país”.
“Esa es una misión de los cederistas cubanos, aunque el enemigo se burle de iniciativas como estas, se burlan los mismos que apoyan el bloqueo y quieren rendirnos, iniciativas de este tipo, como lo es la agricultura familiar, nos ayudaron a resistir los embates del período especial y ahora tenemos que retomarlas”, agregó durante un encuentro en Camagüey.
Los CDR fueron creados el 28 de septiembre de 1960 por el fallecido dictador Fidel Castro. Desde esas fechas, el régimen los ha calificado como “la mayor organización de masas del país”. Su objetivo fundamental era la vigilancia colectiva frente a posibles actos de injerencia externa y de desestabilización del sistema político cubano. Pero, a la postre, se convertiría en un mecanismo para que los vecinos se delataran unos a otros incluso por la más mínima “ilegalidad”.
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