El cubano Claudio Ramos se incorporó a la plantilla del UBU San Pablo Burgos, donde se desempeñará en su posición habitual como pivote de este equipo español de balonmano, con vistas a la próxima temporada.
Ramos llega al Burgos procedente del Recoletas Atlético Valladolid, al que se sumó en 2019 cedido por el Logroño La Rioja (Asobal). De 1,97 metros de altura y 98 kgs de peso, el antillano arriba a la nómina del Burgos con ficha para la temporada 2020/2021, totalmente recuperado de una grave lesión que sufrió en diciembre.
La lesión consistió en una rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda, que le obligó a pasar por el quirófano y frenó su avance durante la etapa en Valladolid.
En un comunicado que el club envió a Cibercuba, se explica que Ramos llegó a España hace dos temporadas de la mano del BM Logroño La Rioja en busca de evolución y crecimiento profesional. A la edad de 21 años, se le considera uno de los jóvenes talentos de la emergente selección cubana.
Su gran estatura le permite un buen desempeño en la posición de pivote. El entrenador del Burgos, Nacho González, define al joven como “un jugador grande y con mucha envergadura” que va a ayudar al equipo “a ganar kilos y centímetros a la zona central defensiva”.
Según González, el tamaño no le resta al cubano velocidad sobre la cancha y, además, él ya cuenta con algo de experiencia en otros clubes que no le han otorgado muchos minutos de juego. Sin embargo, el entrenador confía en que el bloque rojinegro “puede ser un buen sitio para su despegue”.
Por su lado, Ramos dijo sentirse “muy contento” con el fichaje y el comienzo de una nueva etapa para su carrera. “Lo que sé del Balonmano Burgos es que es un equipo que está creciendo. Aunque es un equipo que viene de una categoría inferior, no significa que sea de los equipos bajos de la liga, ya que viene trabajando bien”, dice.
“Eso es lo que a mí me gusta, trabajar. Luego ya, los minutos me los ganaré”, reconoció. “Lo primero que tengo en mente es currar y luego ya el entrenador dirá si estoy apto o no para jugar”, agregó.
Los arreglos están hechos para que el antillano despliegue su potencial con el Burgos en una disciplina que practica desde su adolescencia. Con 13 años, Ramos ingresó a la EIDE (Escuela de Iniciación Deportiva Escolar) de La Habana, en la cual se puso a prueba en deportes como fútbol, kárate y beisbol, entre otros, hasta descubrir su pasión por el balonmano.
Durante un lustro mantuvo un rigor en los entrenamientos, hasta que la selección nacional se fija en él cuando apenas contaba con 17 años. Ya a los 19, llega al Balonmano Logroño, club con el que disputa 13 encuentros de liga, cuatro de Copa EHF, y uno de Copa del Rey.
Cedido al Recoletas Atlético Valladolid, llega a jugar 7 partidos con el conjunto antes de sufrir la grave lesión. Dicho conjunto había asegurado que el cubano era “una apuesta” por el futuro del club.
Junto a la selección cubana, ha disputado en variados torneos internacionales entre los que destacan la Copa Caribe de Balonmano (octubre, 2017); el Qatar International Handball Friendly Tournament (enero, 2018); el Clasificatorio del Norte, Centroamérica y Caribe sub’24, en el que se alzó con la medalla de oro (abril, 2019), y el Torneo de Selecciones Emergentes (junio, 2019), en que recibió la presea de plata.
Claudio Ramos ingresó en la liga española de balonmano (ASOBAL), al igual que Dariel García Rivero (primera línea) y Frank Cordie (lateral izquierdo), en julio del pasado año tras la materialización de un acuerdo entre la entidad europea y la Federación Cubana.
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