El legendario receptor pinareño Juan Castro García falleció este domingo en La Habana, a los 66 años.
Considerado por muchos el enmascarado más elegante de la historia beisbolera cubana, Castro intervino en dieciséis Series Nacionales y vistió en numerosas ocasiones la camiseta del team Cuba, con el que ganó múltiples títulos internacionales.
Lo más leído hoy:
Figura clave para la optimización de staffs monticulares donde militaban lanzadores de la talla de Rogelio García, Julio Romero, Jesús Guerra, Faustino Corrales u Omar Ajete, el inolvidable cátcher nacido en San Cristóbal residía desde hace algunos años en la capitalina localidad de Santa Fe.
A inicios de abril, Castro había sido sometido por segunda vez a un delicado proceso quirúrgico en el hospital CIMEQ.
Limitado como bateador, el número '13' fundó una cátedra a la hora de mascotear. En una entrevista que ofreció hace algún tiempo a El Nuevo Diario de Nicaragua -país donde trabajó en calidad de técnico-, confesó que "me conocían como el ‘Pianista’ porque hacía algo que ahora no recomiendo a nadie: recibía con el movimiento de la mascota los piconazos y no los bloqueaba como debe ser con el cuerpo y el guante. Eso sin duda se debió a esa pelota de pimpón que jamás me la separaba de pequeño. Mi madre me decía que parecía bobo con esa pelota en la cama tirándola para arriba y por lo liviana que era me preparó para reaccionar a cualquier movimiento que hiciera la bola en su trayectoria. Así me convertí en el mago, el Pianista como decían”.
Su increíble habilidad en el mascoteo no pasó inadvertida para los scouts, que lo persiguieron cada vez que salía del país. "Uno de esos scouts que andaba siguiendo mis huellas era Julio Blanco Herrera -declaró en la referida interviú. Donde iba, ahí me lo encontraba y me decía que firmara, nunca se aburría. Una vez me dijo ‘te doy 16 millones’, en aquella época que valían. Pero jamás lo consideré como una posibilidad”.
Tanta grandeza, no obstante, fue superada por un cáncer de hígado que ahora le ha quitado la vida, para dolor de los legítimos amantes del béisbol en Cuba.
Archivado en: