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Especialistas del Grupo Empresarial de Diseño e Ingeniería para la Construcción (GEDIC) iniciaron la reparación parcial del pedraplén del Cayo Santa María, ubicado al norte costero del municipio villaclareño de Caibarién.
La obra de remozamiento es parte de las estrategias de mantenimiento promovidas por el Ministerio del Turismo (Mintur) en Cuba, aun en medio de la crisis generada por la pandemia del coronavirus en el país, por la que se vaticina un serio desplome económico en los próximos meses.
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De acuerdo con declaraciones a la prensa oficialista del jefe zonal del Equipo de Topografía del GEDIC, Guillermo González Hernández, labores comprenden, fundamentalmente, el reajuste de los contenes metálicos de protección vial, a lo largo de más de 40 kilómetros (km), y la reparación de varios puentes conectores del viaducto, que fuera construido sobre el mar a finales del siglo XX para enlazar con destinos turísticos de la Cayería Norte de Villa Clara.
Los daños en la obra han sido de tipo infraestructural, acota la Agencia Cubana de Noticias. El huracán Irma en 2017, provocó un creciente desplazamiento de los componentes internos de la estructura (red hidráulica, sobre todo), precisa el citado medio. Ese año se informó que se verterían 9 mil toneladas de asfalto en la reconstrucción del mismo pedraplén.
Algunos tramos a construir se basan en los estudios geotécnicos más avanzados y se empleará en ello tecnología de punta. Ingenieros y técnicos responsables tuvieron que enfrentar la rotura accidental de una tubería de agua que abastece más del 50 por ciento de las instalaciones hoteleras de la cayería norte villaclareña.
Sin embargo, según González Hernández, las reparaciones avanzan a buen ritmo y se espera que la primera fase concluya, con éxito, a finales del presente mes de junio. El pedraplén ha recibido decenas de reparaciones en varios puntos de enlace entre los cayos Las Brujas, Español de Adentro, Ensenachos, Majá y Santa María.
Las obras en la industria turística se siguen acometiendo a pesar del declive producto de la reducción del turismo internacional por la pandemia del coronavirus. Tampoco se ha detenido por las restricciones sanitarias orientadas por las autoridades para frenar la propagación del brote en la isla.
La provincia de Villa Clara, cuyo territorio alberga algunos de los cayos más atractivos del archipiélago, lo cual la convierte en uno de los polos turísticos del país, exhibía en 2019 un déficit en su fondo habitacional de 46 051 casas, que debían ejecutarse en un plazo de diez años, a la vez que las obras vinculadas al sector del turismo no detienen su avance.
Los impactos del huracán Irma, en 2017, destruyeron más de 50.000 hogares, de los cuales, hasta 2018, se habían restablecido menos de la mitad.
Recientemente, la policía cubana amenazó con desalojar a una madre con 5 hijos pequeños después de que irrumpiera en un antiguo local usado por el propio cuerpo represivo en el municipio villaclareño de Placetas.
La mujer de 30 años se vio obligada a irrumpir en el local al no tener vivienda donde habitar con sus hijos, incluyendo un pequeño de solo un mes de nacido.
En medio de la crisis, el régimen no ha dejado de apostar al turismo como su tabla de salvación. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) pronosticó que la economía cubana caería un 3,7 por ciento en 2020, debido a los efectos globales del coronavirus.
Cuba, con una economía ya de por sí depauperada, tendría que sobreponerse a un contexto bastante adverso. Importantes polos turísticos del archipiélago como Varadero hoy muestran un panorama muy distinto al que se podría apreciar en años anteriores durante estos mismos meses.
“Uno de los principales servicios de exportación de la isla es el turismo, y ya estamos apreciando cómo no solamente en Cuba, sino a nivel internacional presenta una contracción”, dijo en una intervención Rodrigo Malmierca Díaz, ministro del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera.
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