El artista independiente cubano Luis Manuel Otero Alcántara ofreció una entrevista Iliana Hernández, reportera de CiberCuba, en la que aseguró a sus seguidores que se siente bien, a pesar de lo traumático que resulta pasar por una prisión.
“Es algo impresionante, pero me siento con mucha energía, positividad y deseos de trabajar”.
En referencia a las difamaciones de los medios de prensa oficialistas cubanos durante el período en que estuvo prisionero, el artista señaló que se utilizaron imágenes que ni siquiera eran suyas, sino de otros creadores sobre su obra «Drapeau», un proyecto que usa la bandera cubana como sujeto artístico.
Según Otero el arte contemporáneo no puede verse solo a través de los ojos. Es complejo, aunque parezca fácil su interpretación. En un artista activista no puede existir la dicotomía, no se puede ir en el quehacer diario contra el propio discurso.
Para Alcántara, el artista contemporáneo es el dueño del discurso, más ahora con el poder demostrado de las redes sociales. Tiene una responsabilidad entonces con su mensaje y esto implica que también tenga un papel como intelectual.
Luis Manuel considera risible algunos intentos de descrédito como decir, por ejemplo, que es miembro de ISIS. “Esto es de gente que se queda sin creatividad y tiene que coger recursos risibles” asegura el artista.
Otero cree que el fin de los represores cubanos es evidente. El propio acto de liberación que vivió le hace entender el momento como un ejercicio de civilidad, que muestra cómo la sociedad civil cubana se está organizando. El cambio ya está pasando.
Sobre las intervenciones de artistas cubanos como Rancaño contra su obra y contra él mismo, Luis Manuel tiene una posición de indiferencia. “Es triste, pero tantas cosas pueden pasar en este país, chantajes, represiones… habría que preguntarle si en verdad siente eso que dice en las redes sociales”.
Para Otero el régimen cubano tiene millones de herramientas para hacerte decir cosas que ni siquiera sabes. Sobre Rancaño prefirió no emitir juicios, pues lo considera un artista importante y no le odia.
“Aquí lo que está mal es el sistema, la Dictadura que te empuja, saca lo peor de ti y hace al cubano enemigo del propio cubano”. Luis Manuel cree que algún día puede llegar a conocer a Rancaño y entenderá que una Cuba sin Alcántara no es posible.
Drapeau es una obra de Luis Manuel Otero que recibió duras críticas del régimen cubano, en particular del viceministro de cultura Fernando Rojas, que lo acusa de mercenario, según explica el creador independiente.
Se trataba de tener la bandera de Cuba, como su segunda piel, durante un mes. Luis Manuel narra cómo hizo para promover una reflexión sobre el peso de la bandera, la patria y los símbolos en nuestra vida, desde un discurso de contemporaneidad, desmitificando al patriota.
“La gente quiere ver lo que quiere ver y no lo que hay en la foto, un artista, un joven cubano, patriota, que se cuestiona cosas, incluso el símbolo. La bandera no es un objeto de tela con colores, es un sentimiento”.
Para Luis Manuel este sentimiento hacia la bandera es similar al uso de la palabra “pinga”, un código comprensible solo entre cubanos en cualquier latitud.
El artista independiente fue liberado este fin de semana tras 12 días de reclusión en la prisión de Valle Grande, en La Habana.
Otero se encontraba preso en espera de un juicio sumario abreviado por el supuesto delito de daños a la propiedad. Un importante grupo de artistas cubanos levantaron su voz en las redes sociales en apoyo al creador independiente y la campaña condujo a su liberación.
Entre las personalidades que demandaron la libertad de Luis Manuel se destacan Silvio Rodríguez, Carlos Varela, Aidée Milanés, Athanai, Yotuel (Orishas), el movimiento San Isidro, así como el subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental de EE.UU, Michael G. Kozak, y la Organización Amnistía Internacional.
“Patria es cultura, es conexión y otro montón de cosas que se resumen en un objeto que es la bandera. Es amor, odio y las cosas de la vida aquí dentro, el régimen, la historia que llevamos, todo eso es Patria. Mi intención no es ofender a nadie. Mi arte está en función de construir una Cuba libre, una Cuba del siglo XXI” aseguró el artista.
La magnitud de este movimiento que generó su liberación ha sido impresionante para él. No sabía el alcance que tenía su trabajo como artista para la gente.
“Hay momentos en los que pones las cosas al límite y usas sentimientos de las personas, porque si no lo haces revientas. Luego ves que usan las frases, me llevan preso y la gente va y me defiende. Ver la vorágine, los cubanos de adentro y de afuera conectados, me dice que la obra sí funciona. El arte funciona”.
Luis Manuel Otero agradeció el apoyo recibido por todos los cubanos dentro y fuera de la isla que alzaron su voz en las redes sociales para exigir su liberación al régimen cubano. Asegura que estar preso dio más sentido aún a su lucha por la libertad de Cuba.
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