Quince años después de conocerse, Gladys Martínez Palomo y Telma Hernández Beltrán decidieron casarse simbólicamente en la Iglesia de la Comunidad Metropolitana en Cuba.
Al decir "Sí , acepto", ambas mujeres rompieron uno de los tabúes que permanece en la parte más conservadora de la sociedad cubana.
El testimonio de estas mujeres apareció en el periódico camagüeyano Adelante, yalgo poco usual en la prensa oficialista de la Isla.
“Nos vamos a casar”, le dijo Gladys a Telma en el 2019 cuando supo que existe un lugar en Cuba que ejecuta bodas simbólicas a las personas LGBTI.
A Telma le sorprendió la ceremonia porque había pensado en algo "más pequeño" aunque le duele que no pudo invitar a sus padres.
Gladys pone todas sus esperanzas en la nueva Constitución el y Código de Familia que, de ser aprobado, permitirá el matrimonio igualitario en la isla.
"Siento que sí, que vienen más derechos para las personas, las familias como las de nosotras", dicen.
Ambas llevan una vida de pareja como cualquier otra y las miradas o preguntas indiscretas de los demás no les preocupan.
“Nos han preguntado muchas veces cuál es la mujer entre las dos. Somos dos mujeres”, afirma Telma mientras critica la mirada de la sociedad a partir de conceptos preestablecidos.
La boda de Gladys y Telma no es la única. La Iglesia de la Comunidad Metropolitana en Cuba, con sede en la ciudad de Matanzas, ha oficializado varias uniones entre personas del mismo sexo. En octubre de 2019 Joel Delgado y Liseiky Nápoles hicieron el mismo proceso para demostrar su amor, incluso cuando la ley se los prohíbe.
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