El destacado bailarín, coreógrafo y director cubano Carlos Acosta ya traza sus bosquejos para transformar las venideras presentaciones del Birmingham Royal Ballet (BRB), de acuerdo con una entrevista que concediera a The Guardian.
“Quiero que el nivel de los bailarines se eleve dramáticamente, y el repertorio que traigo es crucial”, adelantó Acosta, al frente hoy de la reconocida compañía.
“Quiero una compañía que sea fuerte, que no sea predecible, que sea enérgica, que tome riesgos, pero que se mantenga fiel a la tradición al más alto nivel. Estoy preparado para grandes ideas locas. Nunca voy a decir que no a nada nuevo y audaz”, argumentó.
Entre sus visiones para el futuro del BRB —destaca la misma publicación— figura organizar el trabajo de coreógrafos internacionales desconocidos en Gran Bretaña. También pretende establecer alianzas más allá del mundo del ballet, incluida la organización de Birmingham Sampad.
Según The Guardian, en otoño la compañía realizará la primera presentación en el Reino Unido de una obra del alemán Uwe Scholz, exdirector del Ballet de Leipzig. La interpretación de Scholz de la Séptima Sinfonía de Beethoven está programada junto a la épica Forgotten Land, del checo Jiří Kylián, ambientada en Sinfonia da Requiem, del inglés Benjamin Britten.
Acosta confesó querer el trabajo en Birmingham al sentir “la necesidad de volver a mis raíces como bailarín de ballet”.
“El ballet es mi mejor amigo. Fue mi refugio; es lo que tenía cuando todo no tenía sentido. No era solo un trabajo. He tenido el privilegio de actuar con muchas compañías y obtener esta gran cantidad de conocimiento que quiero transmitir”, afirmó.
BRB fue fundada en 1946 como el Ballet del Teatro Sadler's Wells, vinculada al Royal Ballet antes de mudarse finalmente a Birmingham en 1990. Hasta 2019, estuvo al frente de la compañía el coreógrafo británico David Bintley.
Acosta asumió la dirección del Birmingham Royal Ballet desde los inicios de 2020.
La carrera del cubano ha brillado mundialmente, de modo que hay grandes expectativas sobre su trabajo en el BRB.
Con tan solo 16 años, Acosta ganó la medalla de oro en el Grand Prix de Lausanne y comenzó a labrar su camino en la historia de la danza. Sus humildes orígenes en Cuba y los obstáculos que debió vencer para alzarse como uno de los referentes universales del ballet fueron recogidos en el filme Yuli, el cual resultó laureado en varios certámenes.
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