El caso de una doctora cubana que no puede visitar a su madre gravemente enferma porque el régimen le obstaculiza un visado humanitario por tratarse de una presunta “desertora”, desató desde este lunes una avalancha de críticas contra las restricciones gubernamentales para entrar a la isla.
A través de redes sociales, la cubana Annarella Grimal relató la historia: “La madre de Ailin está muriendo. Hace un mes que su familia en Cuba solicitó al gobierno de la isla una visa humanitaria para que ella pudiera ver a su madre viva. Ahora le dicen que deben esperar 10 días más.¡¡Ellos no tienen 10 días más!!”, expone.
“Ailin también perdió a su abuela y a su abuelito. Y yo me pregunto ¿por qué tanto odio? ¿Cuál es el ensañamiento del gobierno cubano con sus profesionales que abandonan un contrato laboral?”, agregó.
En su cuenta de Twitter, Grimal explicó que la doctora, quien al parecer “abandonó” una de las llamadas “misiones internacionalistas”, está cumpliendo la sanción que el gobierno cubano impone a los profesionales que cometen esta “falta”: ocho años sin poder regresar al país, lo cual implica naturalmente no ver a sus familiares y seres queridos en tanto no se venza ese plazo.
“Su abuela murió sin verla de nuevo y ahora su madre está agonizando. ¿Qué esperan?”, reclama Grimal, quien anteriormente pidió al gobernante Miguel Díaz-Canel ser más inclusivo en sus intercambios con los cubanos residentes en el exterior.
Grimal sugirió que el gobernante también pudiera escuchar los matices en el criterio de todos, y no solo las voces de los que aprueban el discurso oficial defendido por los directivos del Partido Comunista, definido en la Constitución cubana como la fuerza superior de la sociedad y el Estado.
“¿Cuántas madres más deben enfermar y morir sin ver a sus hijos para que el gobierno de Cuba derogue está medida criminal de 8 años de destierro y separación familiar? La justicia divina tarda, pero llega. Así será su caída”, escribe Grimal en Facebook.
Cibercuba intentó obtener declaraciones de la doctora afectada por la sanción del régimen, pero ella admitió no estar en condiciones para hablar sobre el asunto, ya que la obligación de volver constantemente sobre él ha llegado a afectarle su salud personal.
En fechas recientes, un grupo de médicos cubanos exiliados, convocó a un tuitazo para exigirle al gobierno en La Habana el fin de esta medida que mantiene separadas a las familias en el archipiélago por casi una década.
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