El sector hotelero cubano tiene actualmente más de 11.000 habitaciones fuera de servicio debido fundamentalmente al insuficiente nivel de mantenimiento y a la falta de control en la planificación de las obras, y en menor medida a la inestabilidad en el funcionamiento de elevadores en algunas instalaciones.
Este miércoles Juan Carlos García, viceministro primero de Turismo, insistió a los diputados de la Asamblea Nacional en que se trabaja para reducir el número de estas habitaciones, especialmente en la temporada alta del turismo, que comenzó en noviembre.
“En ocasiones no se trata solo de pintar o cambiar muebles en una instalación, sino que es preciso intervenir en las redes hidráulicas, por ejemplo, y para conocer lo que se necesita hacer en cada caso se requiere una adecuada preparación”, dijo el funcionario.
García informó que este año el proceso inversionista en el sector no alcanzará los resultados previstos. Al cierre de octubre el programa de las entidades atendidas por el Ministerio de Turismo solo se había cumplido al 68 por ciento, mientras que el de las empresas inmobiliarias del organismo, Almest e Inmotur, estaba al 73 por ciento y al 89 por ciento, respectivamente.
Según el funcionario, las causas de esta situación fueron la falta de inversionistas preparados, de documentación técnica y de completamiento de equipos en varios lugares; la insuficiente preparación de las obras y los cambios en los proyectos originales.
Además, el incumplimiento de los cronogramas ejecutivos, el déficit de suministros de la industria nacional, el incumplimiento del plan de importación, la escasez de fuerza de trabajo calificada por los constructores y las afectaciones en la disponibilidad del combustible.
Con todos estos problemas no es extraño que el arribo de turistas internacionales a Cuba esté yendo en picada, según muestran los últimos datos de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONEI). De enero a octubre de este año, llegaron a la nación caribeña 303.929 turistas menos que en el mismo periodo de 2018. Ello significa que la caída del número de visitantes fue del 7.9%.
Pese al aumento de las campañas por parte de las autoridades cubanas para promover la Isla como destino ideal para unas vacaciones de ensueño, la tan ansiada meta de los cuatro millones de visitantes internacionales se alcanzó en diciembre y no en noviembre, como sucedió en 2018.
No obstante, la estrategia del gobierno cubano es continuar construyendo nuevos hoteles, pese a que los actuales no se llenan o sufren problemas de mantenimiento. El pasado 13 de diciembre se anunció que el balneario de Varadero contará con 1.000 nuevas habitaciones en 2020, gracias a la edificación de dos nuevos complejos en las zonas del Oasis y de Los Taínos.
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