La actriz cubana Dianelys Brito compartió un emotivo vídeo en su cuenta de Instagram en el que se sinceró sobre cómo era su vida en Cuba y contó algunos de los duros momentos que tuvo que pasar para poder sobrevivir.
La artista, quien reside en Miami desde hace algunos años, expresó que cuando vivía en la Isla no le alcanzaba el dinero "a pesar de estar trabajando" dentro del mundo del arte "por más de 30 años". También comentó que cada vez que tenía un evento, una entrevista de televisión o una actividad tenía que pedir ropa prestada para poder acudir.
Yo iba a ir a una actividad, a un hotel que nos invitaban y yo tenía que pedir un vestido prestado porque yo no tenía ese vestido ni tenía los zapatos que iban con ese vestido.
Dianelys contó que la mayoría de los 'boteros' de La Habana cuando le reconocían la llevaban gratis y que ese es un gesto que siempre les va a agradecer el resto de sus días. Incluso, dijo entre lágrimas, que la mayoría de las veces le decían que no le cobraban porque "les daba satisfacción" a través de sus trabajos en el cine y la televisión.
En los últimos años trabajé sin parar, hice tres novelas, un aventura, una serie y cuando todo aquello se acabó yo me senté en mi casa yo tenía un centavo y me dije, ¿ahora cómo voy a vivir?.
La actriz explicó a sus seguidores que cuando terminaba los proyectos en los que había trabajado se veía sin ingresos, por lo que decidió ponerse a vender croquetas en la feria de Malecón para poder sobrevivir, algo que se convirtió en el sustento económico de su familia por muchos meses.
Dianelys analizó que llegó a punto en el que se planteó qué hacer con su vida por el bien de "ella y de su hija". Entonces le llegó la oportunidad de salir de Cuba y, a pesar de tener claro que dejaría detrás su profesión, no tuvo miedo y luchó por tener una vida digna en Estados Unidos.
Esta no es la primera vez que Dianelys Brito confiesa haber vendido croquetas en Cuba para poder ganarse la vida. En una entrevista ofrecida a la periodista cubana Julita Osendi la actriz habló acerca de esta etapa, incluso, dijo que su hija la ayudaba en casa con el negocio cada vez que llegaba de la escuela.
“La solución inmediata fue sentarme a hacer croquetas para vender, que como te dije, me quedaban muy buenas. No me importaba pasarme horas sentada en la cocina de mi apartamento y cuando mi hija llegaba de la escuela, pues se sentaba conmigo a ayudarme", fueron algunas de las declaraciones que dio la artista a Osendi.
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