Alberto Fernández asumió este martes la presidencia de Argentina, con la exmandataria Cristina Fernández de Kirchner como vicepresidenta.
En la Casa Rosada, sede del presidente de Argentina, Mauricio Macri hizo el traspaso al nuevo mandatario, quien muestra cercanía a la extinta izquierda latinoamericana en la que estaban la Cuba de Fidel Castro, la Venezuela de Hugo Chávez y otros países como Bolivia bajo Evo Morales o Ecuador con Rafael Correa.
"No hay pagos de deudas que se puedan sostener si el país no crece (...) El país tiene la voluntad de pagar, pero carece de capacidad para hacerlo", dijo el nuevo presidente sobre la deuda de unos 44 000 millones de dólares que tiene Argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Según la agencia Reuters, Argentina tiene una inflación superior al 50% anual, una economía en recesión, una pobreza cercana al 40% y el nuevo gobierno se enfrenta a una renegociación de una deuda pública cercana a los 100.000 millones de dólares.
Los inversores temen que el nuevo presidente regule la economía como hizo Cristina Fernández de Kirchner cuando gobernó el país entre 2007 y 2015.
Entre los mandatarios presentes estaban el de Cuba Miguel Díaz-Canel, quien rindió este lunes homenaje a las víctimas del terrorismo de Estado en Argentina.
La nueva vicepresidenta de Argentina asume ese cargo con acusaciones de malversación en su contra durante sus mandatos. Solo ella se enfrenta a nueve juicios, siete de ellos por corrupción.
"A mí me absolvió y me absolverá la historia, y a ustedes los va a condenar", dijo Kirchner ante un tribunal citando una frase atribuida al fallecido dictador Fidel Castro.
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