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El gobernante boliviano Evo Morales es un “agente” instrumental del régimen cubano y de su servicio de Inteligencia. El embajador de Cuba en Bolivia, Carlos Rafael Zamora Rodríguez es su oficial de caso, como se refiere en la jerga de los servicios de inteligencia.
La Dirección de Inteligencia de Cuba (DI) es la institución que dirige todo el aparato de penetración, influencia y subversión de Cuba en el mundo (anteriormente se conocía como Dirección General de Inteligencia, DGI). La Inteligencia cubana desestabiliza, chantajea, subvierte, financia y realiza cuanta actividad ilegal sea necesaria para imponer los intereses de Cuba en el mundo, lo que no hacen los gobiernos democráticos que sufren estos ataques por parte del régimen cubano.
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Carlos Rafael Zamora Rodríguez, “El Gallo”, como es conocido dentro de la DI, tiene 76 años y nació en 1943 en la entonces provincia de Oriente, según el testimonio de dos antiguos compañeros de Zamora y de su esposa en el servicio de Inteligencia que conocen detalles de las carreras de ambos.
Zamora ingresó a la Inteligencia en 1968 como oficial en la sección Estados Unidos-Canadá del Departamento de Análisis. En 1974, fue designado oficial de análisis en el centro de la Inteligencia cubana en Nueva York, que desarrolla su trabajo contra Estados Unidos bajo la fachada de representación diplomática del gobierno de Cuba ante Naciones Unidas.
Allí, con Ricardo Alarcón de Quesada como embajador ante Naciones Unidas, Zamora se destacó en su actividad profesional. En 1978, luego de 12 años como embajador, Alarcón regresó a Cuba al unísono con Zamora y lo pidió a la Inteligencia en prestación de servicios para hacerlo jefe del Departamento de Prensa Extranjera del Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX). Alarcón había sido nombrado como Viceministro Primero del MINREX y ese departamento se encontraba bajo su control.
A partir de ese momento, Zamora quedó con una fachada profunda del MINREX, a la vez que continuó siendo un oficial operativo de la Inteligencia. Su caso es similar al del vicepresidente del Consejo de Ministros y de su Comité Ejecutivo, Ricardo Cabrisas Ruíz (el oficial “Crystal”), quien ingresó a la Inteligencia a principios de los años 60 y, luego de destacarse como jefe de centro en Canadá, fue nombrado viceministro de Comercio Exterior en 1970 (en prestación de servicios) y ascendido a Ministro en 1980, continuando su carrera hasta ahora en la máxima nomenclatura.
Según la costumbre del servicio de Inteligencia, ambos -Zamora y Cabrisas- siguen siendo parte de la plantilla operativa de la Inteligencia, ascendiendo militarmente y cobrando sus salarios en la Inteligencia, amparados en sus fachadas profundas.
En 1984, Zamora fue nombrado embajador de Cuba en Ecuador y fue acompañado por su esposa, Maura Isabel Juampere Pérez, también oficial operativa de la Inteligencia. Maura había ingresado a la Inteligencia cubana también desde principios de los años 60. Se dice que es muy capaz y eficiente en su trabajo. A raíz de la deserción en Ecuador, en enero de 1989, de Enrique García Díaz, alias “Walter,” alto oficial operativo de la Inteligencia cubana, tanto Zamora como Maura fueron retirados del país. Había quedado comprometida toda la base clandestina del trabajo secreto de Cuba para desestabilizar y controlar a la joven democracia ecuatoriana, incluida la financiación ilegal de campañas políticas presidenciales por parte de los servicios cubanos.
Su trayectoria demuestra que Zamora es uno de los más destacados operativos de la Inteligencia cubana en el hemisferio de las Américas. No se conoce de oficial alguno, en la historia del servicio de Inteligencia cubano, que haya ocupado tantas posiciones de embajador en la región como Zamora. Esto demuestra que es un “duro” eficiente.
En 1990, Zamora y su esposa regresaron al centro de la Inteligencia cubana en Nueva York. Lo hizo como embajador alterno de Cuba ante Naciones Unidas. En 1998, Zamora fue nombrado embajador de Cuba en Panamá, donde permaneció hasta 2004, cuando se produjo una ruptura de relaciones diplomáticas entre ambos países. De 2009 a 2013, fue embajador de Cuba en Brasil y, de 2017 a 2018, en El Salvador. Finalmente, en marzo de 2019, el Coronel Zamora presentó sus cartas credenciales como embajador de Cuba en Bolivia. En todos sus puestos, ha estado acompañado de su esposa, la experimentada oficial Maura.
Bolivia ha sido foco de interés del gobierno cubano por décadas. Con anterioridad, entre 2006 y 2011, figuró como embajador en La Paz Rafael Dausá Céspedes, uno de los peces gordos de la inteligencia cubana, quien fue pieza clave para la consolidación de Evo Morales en sus primeros años en el poder. Dausá es un profesional consumado que trabajó en la DI tras su paso por la Dirección de Inteligencia Militar (DIM).
Si analizamos los países y las coyunturas históricas de cada uno cuando fue nombrado embajador Zamora, es notable que todos han sido países de importancia para la dictadura cubana en situaciones políticas complicadas para los intereses cubanos. Si sumamos la destacada actividad de su esposa, respaldada por los cargos diplomáticos que ha ocupado y por ser la esposa del embajador, ambos son un binomio “explosivo” perfecto para imponer los objetivos de Cuba. Estos espías cubanos también tienen costumbres peculiares. Según cuentan sus allegados, al menos en el pasado reciente, Maura dejaba descansar a la cocinera y preparaba exquisitas croquetas que su marido acostumbraba a desayunar con huevos fritos y una cerveza.
La dirección de Zamora y su esposa en Cuba es calle 3ra # 4206 entre 42 y 44, en el reparto Miramar, La Habana.
Bolivia es un satélite, junto con Venezuela y Nicaragua, del proyecto del Foro de Sao Paulo, que busca llevar el socialismo del siglo 21 (neocomunismo) al poder en una América integrada y liderada por Cuba. La llegada de Evo Morales al poder fue uno de los éxitos del trabajo sistemático de Cuba durante seis décadas para subvertir la democracia en la región y llevar la revolución al continente. Un plan concebido, desarrollado e inicialmente financiado por Fidel Castro hasta lograr acceder a las riquezas de Venezuela.
Queda aún mucho por desnudar de los operativos cubanos en Bolivia.
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