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Este viernes, en el panel "En Diálogo", que auspicia la revista Espacio Laical en el Centro Cultural Padre Félix Varela, ubicado en La Habana Vieja, varios activistas se reunieron para debatir en torno a la Ley de protección animal que viene exigiendo la ciudadanía en Cuba por largo tiempo y que no ha sido aprobada por el Gobierno.
Beatriz Batista, joven activista contra el maltrato animal, participó como moderadora del encuentro y recordó cada uno de los casos de abusos contra gatos, perros, caballos y otros animales, que se han denunciado en el país en los últimos tiempos.
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“HOY HABLAMOS POR LOS QUE NO TIENEN VOZ”, dijo la activista en su cuenta de Facebook.
Se mencionaron, entre otros, el caso del caballo que colapsó en una calle de Camagüey “por falta de combustible y de humanidad”.
También se habló de “los perros torturados y abusados sexualmente por Rubén Marrero Pernas, ciudadano del municipio San Miguel” y del “perrito triturado por el camión de basura en Camagüey”.
Se recordó además las condiciones abusivas que soportan “los perros de razas que venden en el Parque Cristo en La Habana Vieja”.
Batista dijo asimismo que a ella le negaron la entrada en la oficialista Asociación Cubana de Protección a Animales y Plantas (ANIPLANT), única entidad legal en el país dedicada al tema de la protección animal.
Sergio Boris Concepción, miembro del grupo Cubanos en Defensa de los Animales (CEDA) y panelista este viernes, resaltó las complejidades que deben enfrentar los activistas para desarrollar cualquier proyecto independiente en la Isla.
Resaltó la falta de apoyo estatal y la carencia de recursos entre los principales inconvenientes para su trabajo.
Ejemplificó que la Aduana ha confiscado material para campañas de esterilización y vacunación, medicamentos y otros recursos que les han sido enviados desde el extranjero.
Otros activistas presentes también denunciaron los procedimientos implementados por Zoonosis para el sacrificio de perros.
Entre ellos, el uso de la estricnina para sacrificar a los perros callejeros, una sustancia criticada por la Unión Europea y otras instancias a nivel mundial por inducir a una muerte dolorosa y prolongada.
Los cubanos llevan largo tiempo pidiendo al Gobierno que apruebe una Ley de Protección Animal, sin que se haga caso de las demandas ciudadanas. En consecuencia, hasta la fecha, el maltrato animal en el país queda impune sin importar la gravedad del asunto.
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