Empleo de la tracción animal, reducción de la cantidad de combustible destinado a entidades estatales, abastecimiento de agua con pipas, inspectores y policías en las paradas, así como el desplazamiento de horarios en diferentes centros de servicios son las medidas de austeridad que celebran la prensa cubana y el Gobierno local de Sancti Spíritus en medio de una crisis energética que tiene en alerta a la población.
Luego de que se hiciera público que el país presenta un déficit de hidrocarburos y ante un panorama económico complejo, el fantasma del Período Especial, ahora redefinido como “coyuntural”, habita en los hogares y centros de trabajo de toda la isla.
Díaz-Canel y su coro de ministros y funcionarios se hacen eco de sus propias palabras, alabando las medidas de restricción de la década del 90 como un logro que “hay que desempolvar” y aplicar en medio de este panorama que pone en crisis a los cubanos de a pie.
Según la prensa local y nacional, la central provincia cubana ha destinado carretones de caballo a la distribución de alimentos y de aquellos productos que forman parte de la canasta básica. También aseguran que la recogida de basura se lleva a cabo con esta alternativa.
En el caso de la salud pública, se ha priorizado el Sistema Integrado de Urgencias Médicas, destinado a las ambulancias y atención al paciente grave.
Las autoridades locales insisten en que los ciudadanos deben denunciar los actos que puedan afectar el esfuerzo del pueblo espirituano “para aminorar esta situación”. Para ello han desplegado todo un sistema de teléfonos, puestos de mando y hasta una aplicación web que permitirá delatar a aquellos que puedan incurrir en hechos considerados como delictivos.
El Gobierno cubano, en todos los niveles, insiste en que la actual crisis es culpa del embargo que sostiene Estados Unidos sobre la isla, mientras que las medidas que se adoptan por la administración de Díaz-Canel afectan de manera directa a la población, ya que ve alterado su ritmo de vida, que hasta ahora tampoco era nada satisfactorio.
Pese a las alternativas adoptadas, calificadas de positivas por aquellos que las implantan, los cubanos pasan horas en las paradas esperando a que llegue algo que los pueda trasladar a su destino, los taxistas particulares deben destinar horas extras a la compra de combustible en las gasolineras y, por tanto, los precios de su servicio se han visto modificados, la basura se acumula en las esquinas de ciudades y pueblos porque no hay medios para recogerla y todo un rosario de problemas que tratan las autoridades de minimizar usando como escudo a la prensa oficialista, pero que en el día a día se hacen evidentes con solo darse un paseo por cualquier sitio del país.
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