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En el centro sur de Cuba hay un balneario que pertenece al sistema de salud público. Sus aguas han curado a miles de enfermos, por eso algunas personas todavía creen que son milagrosas.
Balneario de Ciego Montero
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Palmira es un pueblo cienfueguero al que, en la tradición popular, se le atribuyen grandes poderes místicos. Radican allí hermandades religiosas que veneran a Santa Bárbara, Cristo y a San Roque.
En este poderoso contexto cultural se encuentra una institución de salud que trabaja con el producto más vital que nos ofrece la naturaleza, el agua.
El pueblo Ciego Montero posee manantiales cuyas propiedades medicinales fueron descubiertas en el año 1836 por el Ing. Diego Elbicio, antiguo dueño de la finca en que actualmente se encuentra el balneario.
Elbicio solicitó un análisis de las aguas de sus terrenos pues eran evidentes las propiedades medicinales que tenían. En el estudio detectaron un primer manantial sulfuro-termal y otro de aguas digestivas.
Actualmente radica allí la única institución de turismo de salud en Cuba que ofrece servicios en moneda nacional. Sin embargo, para disfrutar de sus bondades necesitarás una remisión médica.
El balneario lleva el nombre de “Jesús Montané Oropesa”
El estudio de las aguas mineromedicinales en Cuba se comienza a desarrollar en la década de 1920. Hasta el momento se le atribuían propiedades mágicas y curativas, pero no había una base científica para ordenar su uso.
Investigadores de distintas especialidades colaboraron para determinar el origen de las vetas de agua y fango, su constitución química y sus efectos sobre órganos y tejidos tanto en personas sanas como en enfermos.
De esta manera se establecieron los primeros protocolos de uso de las aguas y fangos termales y mineromedicinales de los balnearios cubanos, entre ellos el de Ciego Montero.
Según criterios médicos, estas aguas son tan poderosas que no a todo el mundo le sientan igual algunos tratamientos. Es imprescindible para disfrutar de ellas tener previamente una remisión profesional.
Los Baños de Ciego Montero
El Balneario fue construido en 1955. La instalación conserva su estilo arquitectónico original. Posee 25 habitaciones confortables, 2 de ellas dedicadas al turismo internacional. Tiene capacidad para 54 huéspedes.
Recibe pacientes de toda Cuba, con diversos padecimientos entre los que se señalan: fibromialgia, artritis, artrosis, bursitis, psoriasis, polineuropatías y parálisis cerebrales.
Las aguas termomineromedicinales de Ciego Montero tienen una alta composición de azufre, cloro y sodio. La temperatura varía de 32 a 42ºC en dependencia de los pozos que abastecen a cada piscina.
Tiene siete piscinas individuales y dos colectivas. Existen además los baños para terapia con fangos mineromedicinales y zonas de masaje.
Hace unos años apareció un nuevo manantial que se conoce como el “Baño de Doña Beija” o “El Chorrito” al que es más fácil el acceso para quienes visitan la institución sin estar hospedados. Su temperatura es de 40ºC de temperatura.
Un pueblo humilde
Ciego Montero está a 27 km de la ciudad de Cienfuegos. Tiene una población muy humilde que mantiene el espíritu bonachón y noble de los campesinos cubanos. Es un lugar en el que da placer hacer visitas.
Ciego Montero es, además, la marca comercial de agua embotellada de Cuba. Esta empresa fue fundada en la década de 1970 y se nutre de la fuente primaria de los manantiales de la localidad cienfueguera.
Es un producto con precios elevados para el ciudadano medio. Su producción está destinada fundamentalmente al turismo y se ha diversificado en la última etapa, comercializando incluso agua tónica Ciego Montero.
El agua que regala la naturaleza en esta hermosa tierra se ha embotellado y se ha comercializado. Sin embargo, su comunidad no ha visto, hasta hoy, más que el simple cumplimiento de los deberes del Estado y a veces ni eso.
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