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Parecía que el panorama ajedrecístico cubano había quedado huérfano de buenas noticias desde que el gran Leinier Domínguez emigró a los Estados Unidos, hacia donde también dirigieron sus pasos los otros dos mejores trebejistas del país, Lázaro Bruzón y Yuniesky Quesada.
La Olimpiada de Batumi 2018 acabó confirmando que el tablero insular se había roto. Sin embargo, la entrada en escena de Carlos Daniel Albornoz significó la luz al final de un largo túnel: con solo 18 años, el muchacho logró el título nacional en febrero, y hace unos días se agenció el subcampeonato iberoamericano.
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Con la mesa servida, no quedaba de otra que hacerle estas preguntas...
¿Cuál de tus actuaciones te ha satisfecho más?
-Pienso que el haber sido campeón de Cuba a tan temprana edad es uno de mis puntos más altos; me siento muy orgulloso de eso.
En el Iberoamericano acariciaste el trono hasta el último momento. ¿Te dejó eso una sensación amarga?
-La verdad sí, pero tampoco podía estar triste pues había realizado un torneo excelente, tal vez incluso mejor que el del peruano Jorge Cori, que se coronó. Lástima que las cosas en el desempate no me hayan salido bien.
¿Quiénes han sido tus ídolos en el ajedrez?
-Cuando más joven, Kasparov. Luego vinieron Carlsen y Leinier.
¿Cómo defines tu estilo de juego?
-Universal. Siempre trato de adaptarme a lo que la posición me ofrezca
¿Qué líneas de juego prefieres a día de hoy?
-Peón rey y doble peón rey, además de la Siciliana.
Tengo entendido que el ajedrez te atrajo desde muy pequeño. ¿Qué vio tan atractivo en este juego el niño que tú eras?
-Según mis padres, desde los cinco o seis años me inicié en el mundo de los trebejos, y a partir de entonces fui pasando por una serie de entrenadores que me ayudaron muchísimo. El atractivo que le veo al ajedrez es el nivel de concentración que hay que tener para llevar a cabo una lucha que es pura estrategia.
Mencióname tus metas inmediatas y a largo plazo.
-Inmediata, dar la sorpresa contra el ruso Peter Svidler en la Copa del Mundo, hacer un buen papel en el Mundial Juvenil en octubre y pasar de los 2600 antes del año que viene. A largo plazo, sobrepasar los 2700 puntos e incluirme en la élite mundial.
¿Hasta dónde se resiente el ajedrez cubano con la partida de sus mejores jugadores?
-Pienso que a pesar de que se han ido las principales figuras, hay varios jóvenes que vienen en ascenso y en un futuro no muy lejano quizás pueda recuperarse el nivel que llegó a tener Cuba. Pero para ello necesitaríamos y dependeríamos fundamentalmente del apoyo del INDER.
Defíneme con una palabra a estos ajedrecistas...
Capablanca: Estratega.
Fischer: Universal.
Kasparov: Táctico.
Anand: Magistral.
Carlsen: Increíble.
Leinier: Estratega.
Bruzón: Excelente.
¿Crees que puedes llegar a ser el nuevo Leinier Domínguez de Cuba?
-Espero poder llegar a su nivel, lo cual requiere muchísimo entrenamiento y dedicación.
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