En el humor cubano existen personajes inspirados en niños e interpretados por consagrados humoristas, pero también hay un niño, sin edad definida, ni características físicas, vestuarios o cualquier otro elemento que lo encasille, que hace reír a Cuba cada día: Pepito.
Un Peter Pan al estilo cubano
Lo de imaginar personajes que no crecen, rebeldes, traviesos y encima de todo simpáticos, está muy trillado en la literatura infantil. El más icónico es Peter Pan quien se refugia en el mundo de la fantasía y decide no crecer.
Sin embargo, no es esto lo que le ocurre a Pepito. Él es un personaje popular atrapado en su infancia; lo que no constituye un dilema en sí, sino una condición fantástica que le permite transgredir todas las fronteras y salir airoso entre risas.
Pepito es un niño indiscreto, como tu hijo, sobrino, nieto o vecino
Su indiscreción lo lleva a lanzar las preguntas más insospechadas. En cambio, cuando le toca ser quien responde, sus salidas denotan una increíble agilidad mental, excelente dominio del doble sentido y tremenda memoria para hacer las más locas asociaciones.
A diferencia de la mayoría de los personajes literarios infantiles, Pepito viene de un hogar estructurado al estilo clásico. Se le conocen chiste en los que intervienen sus padres, hermanos, compañeros de clase y su inolvidable maestra a la que hace pasar serios apuros.
Existen diferentes versiones del origen de Pepito
Una de ella habla de un libro de literatura infantil de 1956. Su autor e ilustrador es Ludwig Bemelmans y se titula “Madeline and the Bad Hat”. Narra la historia de una niña y su nuevo vecino, Pepito, que es hijo del embajador de España.
Sin embargo, según cuentan quienes han leído esta obra, el Pepito de Bemelmans es un diablillo de malas maneras y pésimo comportamiento, lo que lo aleja un poco del ideal que tenemos de este personaje en Cuba.
Hay otra publicación que tiene un carácter más jocoso y popular
La Revista Juvenil Jaimito fue editada por Editorial Valencia entre 1946 y 1979. Es uno de los principales exponentes de la Escuela Valenciana de historieta humorística. Acogió la obra de diversos dibujantes españoles y de algunos clásicos del cómic norteamericano.
Uno de esos personajes fue “el soldadito Pepe” que inicialmente se llamó Pepito y fue creado por el historietista valenciano Joseph Sanchis Grau. Los conflictos del soldadito de Sanchis ocurren, por lo general, con su jefe inmediato superior durante una guerra surreal y cómica.
Sus historias se extienden por todos los continentes
No se puede asegurar cuál es su origen. Quizás algunos lectores puedan documentar otras versiones. Lo que está claro es que no es exclusivo de Cuba. Existe en distintas culturas porque es parte del imaginario popular universal.
Pepito es una especie de James Bond, en pequeña escala, con mil pasaportes en los bolsillos. Su identidad más conocida es Jaimito (España, Argentina, Perú, Uruguay y Venezuela). También se le conoce como Toto en países de habla francesa; Johnny entre los angloparlantes; Pierino en Italia, incluso Vovochka (diminutivo de Vladimir) en Rusia y Ucrania.
Su nombre no es lo más importante sino su capacidad de hacernos reír. Cambiar nuestra perspectiva rígida del mundo, con solo una sonrisa, es algo que nunca tendremos cómo retribuirle a Pepito. Por cierto, ¿te sabes ese chiste en que Pepito le dice a la maestra…?
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