Campesinos cubanos convierten su carreta en una piscina para los niños del barrio

“La necesidad los ha obligado a apelar a la invención”, subraya un artículo de la prensa pinareña.

Un grupo de vecinos se refrescan en una improvisada piscina © Collage Guerrillero/Yurina Piñeiro Jiménez
Un grupo de vecinos se refrescan en una improvisada piscina Foto © Collage Guerrillero/Yurina Piñeiro Jiménez

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Este artículo es de hace 5 años

Un grupo de vecinos residentes en el poblado “El Infernal”, en Pinar del Río, ha convertido la carreta de un tractor en una piscina móvil, que incluso ha paseado a un grupo de niños por el pueblo mientras se refrescaban en el singular invento.

Una crónica, publicada en el diario local Guerrillero, reseña que la “piscina” fue el resultado de la colaboración material de varios vecinos que reunieron lo necesario: el tractor con la carreta, el agua y una lona impermeable.


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La ocurrencia, incluso, fue regulada con normas y límites por sus creadores: “Nada de juegos pesados, hay que lavarse pies y manos, cero alimentos y bebidas alcohólicas, cada niño con un acompañante que lo cuide”. Tanto les gustó, que ya hay quien pregunta cuándo se repetirá la experiencia.

“La necesidad los ha obligado a apelar a la invención”, subraya el artículo de la prensa pinareña que, pese a que celebra la iniciativa, añade que los niños de “El Infernal” carecen de opciones para divertirse, pues el campismo “Cueva de Los Portales” les queda muy lejos, y en la zona donde viven no hay ningún parque infantil.

A ello se suma que las instituciones de Cultura y de Deporte del territorio no les ofrecen actividades recreativas, “y ni siquiera las tiendas recaudadoras de divisas y centros gastronómicos del consejo popular comercializan un alimento tan deseado por los niños como el helado”, añade la nota.

La periodista subraya que a la capacidad de invención y creatividad de los padres debe sumarse "la ayuda de las autoridades locales y demás instituciones estatales de la comunidad”.

“Un apoyo que se materialice a través de proyectos socioculturales e inversiones económicas para crear espacios de sano esparcimiento y recreación”, concluye.

En los comentarios en las redes sociales de la citada publicación, figuran alabanzas al ingenio, creatividad y a la capacidad de invento mostrada por esos vecinos pinareños.

"Buena alternativa, ya que construir una piscina es ilegal!", ha deslizado también con ironía un internauta.

La inventiva de los cubanos ―nacida casi siempre de ancestrales carencias― es considerada desde hace décadas como una cualidad innata de los ciudadanos nacidos en la Isla, capaces incluso de trasplantarlas a otros lugares, aunque se muden de país.

A finales de julio, se vio circular en la ciudad de Hialeah, en Florida, una camioneta que en su parte trasera había sido convertida en una pequeña piscina ambulante, con similares características a la piscina pinareña de "El Infernal".

En aquel caso no faltaron ni las sombrillas de playa para buscar protección del ardiente sol. Aunque no está confirmado que en la piscina ambulante de Hialeah los dos ocupantes fueran cubanos, cuesta creer que no lo sean.

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